Soy un político, me gusta tener la sensación de poder, de manejar a un país entero, de ser el que gobierna a millones de personas. Me encanta que los demás me sirvan, pero yo no quiero servirle a nadie. Cuando estoy en una campaña digo que me preocupo por todos mis compatriotas, aunque en realidad sólo me importan mis familiares y amigos. Cada día me invento una nueva promesa para que los incautos voten por mí, nunca voy a cumplir lo que prometo, solamente lo digo para conseguir un cargo de gobernante. Hago reuniones en las que ofrezco música y comida por una tarde, me parece que eso es suficiente para que los votantes me elijan.
Cuando alcanzo mi meta, y obtengo el puesto que quiero, me olvido de todos mis conciudadanos, no ayudo a nadie, ni siquiera a los que votaron por mí. Lo único que estoy haciendo es asegurarme de tener protección, ando en una camioneta último modelo y tengo varios escoltas para que me protejan de los delincuentes, aquellos que se han dado cuenta de que soy un oportunista y quieren que me retire de mi ocupación. Sé que el pueblo se está matando entre sí, eso no me preocupa porque estoy protegido. Diariamente veo que se derrama sangre inocente, y sigo observando tranquilamente desde mi pedestal, no me interesa que mueran todo tipo de personas mientras mi familia esté bien.
El crimen nunca ha decrecido, aumenta exponencialmente; lo que he hecho para cambiar esto, es crear más leyes y endurecer las que ya existen para que de ésta manera se acaben los malhechores; curiosamente ha sucedido todo lo contrario, entre más normas dispongo, más bandidos aparecen. Sé que el pueblo está sufriendo, no obstante, he decidido ser completamente indiferente frente a las tragedias ajenas; algunas veces digo que soy comunista, otras veces me presento como demócrata; realmente ni siquiera sé lo que significa cada una de esas opciones políticas, las uso como mejor me convengan, para ser poderoso.
El dinero que gano me lo gasto comprando las mejores viviendas, fincas, carros, viajes y todos los lujos que existen; sinceramente mi sueldo no me alcanza para suplir la gran ambición que tengo. Necesito que los pobres vivan cada vez de manera más miserable, para poder tener más dinero, y gastarlo en más lujos. No me conviene que hayan ricos aparte de mí, porque me pueden estar quitando mis riquezas, por eso lucho para que toda la población sea de escasos económicos. Cuando hay una guerra, envío a mis soldados a que mueran por mí, los convenzo para que crean que son los héroes de la patria, la mayoría cree lo que yo digo; a los que no están de acuerdo conmigo, los mando a fusilar.
Me inventé que soy nacionalista únicamente para vivir como un rey, para que mis compatriotas me mantengan; soy un parásito social, mis coterráneos trabajan diariamente con el sudor de su frente para mantenerme, mientras tanto yo vivo en un palacio sin hacer nada y me río de la estupidez de ellos. Aprovecho mi opulencia para que mis hijos vayan a los mejores colegios, estudien en las universidades más prestigiosas y pretendo que sean mis sucesores.
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