Hay una casa en la que habitan varios tipos de seres humanos, está hecha de diversos compuestos químicos. No sólo hay bípedos en ese lugar, también coexiste una multitud de especies animales, tales como los perros y los gatos. Nadie pidió ingresar en esa residencia, tanto los animales como los terrícolas han sido obligados a convivir allí. Todos se creen buenos, pero lastimosamente no se ha podido establecer con claridad quienes son los bondadosos y los malévolos. Hay unas agrupaciones que se llaman familias, compuestas, generalmente, por un hombre, una mujer y, por poner ejemplo, digamos un hijo y una hija. De esas familias surgen unos personajes malvados, algunos son pederastas, otros son terroristas y también hay asesinos en serie.

Los pederastas, que no son extraterrestres, al violar a los niños, les dejan un trauma de por vida, por lo que algunos de los infantes no logran superar el trauma, convirtiéndose en los violadores del mañana; lo más extraño es que muchos sin ser violados, también se convierten en violadores. Los asesinos en serie, nacieron del vientre de una mujer, como todos los demás; con el paso del tiempo, resultaron siendo homicidas; nadie entiende cuál es la razón para que cometan semejantes crímenes. Los terroristas no están de acuerdo con la democracia ni con el comunismo, son anarquistas guerreristas, no están dispuestos a mandar a sus hijos a la guerra, prefieren matar al presidente de su nación, antes que ser partícipes de las acciones militares de sus gobiernos.

Todos se matan entre sí, no necesitan razones para hacerlo, simplemente está dentro de su instinto, como no pueden convencer a sus congéneres de que se adhieran a sus creencias, la mejor manera de persuadirlos, es matándolos; esto quedó demostrado con la inquisición que realizó la iglesia católica por más de mil años. Nadie se pone de acuerdo en temas éticos y morales, cada uno tiene una opinión personal. Se dice que el crimen algún día va a ser eliminado de esa vivienda, no obstante, hasta el día de hoy, no ha sido posible finalizar la criminalidad. Gracias a la indiferencia de la mayoría de la población, cuando se comete un gran delito, la gente sigue viviendo feliz sin importarle la desgracia de sus coterráneos; el pensamiento de la mayor cantidad de individuos es buscar su propia felicidad, mientras tanto el mal continúa inundando cada zona de la vivienda.

En cada habitación conviven inocentes y criminales, estos últimos no dejan en paz a los primeros. Los criminales viven para atormentar a los inocentes, y los inocentes viven par ser atormentados por los criminales. Lo más paradójico es que los humanos no quieren que haya más delincuentes, sin embargo, siguen trayéndolos al mundo. Existen otro tipo de bandidos que son los científicos, estos quieren dominar el mundo para esclavizarlo, su deseo es usar a los esclavos para lograr explorar el universo, cumpliendo así su ambición. Otros malhechores son los religiosos, estos usan algo llamado fe, para engañar a los demás y para engañarse a sí mismos, su ambición también está en dominar a sus congéneres, en adquirir riquezas materiales y ostentarlas ante los creyentes, a los que también pretenden esclavizar.

No he mencionado a los más depravados, los padres, aquellos que por una relación sexual nos condenaron al único infierno que existe, uno en el que alumbra el sol.

La casa es la Tierra.