Cuenta la leyenda, que no es tal leyenda, sino una gran verdad, que existe un trozo perdido de tierra en esta inmensidad.
Dicho trozo de tierra pertenecía a ese uno por ciento que levantara Dios en la època del arca de Noé.
Aquel trozo fué separado y aislado convirtiéndose en isla para un fin muy especial.
Una isla paradisiaca de finas arenas doradas y aguas cristalinas.
En esa isla no habita ser humano alguno, tan solo un pequeño pueblo eterno llamado los soulmates (los compañeros de las almas).
Los soulmates ayudan a dos reinas muy especiales, las cuales poseen un poder muy exclusivo.
A una reina la llaman Lady Life (La reina de la vida) y a la otra reina Lady Halloween (la reina de los huesos, también conocida como la dama de la muerte).
Ambas reinas tienen la obligación de traer una y de llevar la otra a todas las almas de este mundo.
Cuando Lady Life trae nuevas almas, éstas son depositadas en la orilla de esa playa.
Los soulmates las acompañan hasta su poblado, un lugar no muy lejano de allí.
Tienen una fórmula maestra que genera el ADN humano y así fabrican nuestros cuerpos, por decirlo de alguna manera.
Nuestros cuerpos son llamados por los soulmates, los recipientes del alma.
Una vez el alma está en el interior de esos cuerpos, estos son llevados al comienzo de un sendero.
Dicho sendero une la isla con el resto de ese uno por ciento de tierra.
Según van avanzando aquellos humanos por el mismo, el sendero se va borrando a sus espaldas, pues no deben bajo ningún concepto volver nunca más por éste.
La playa no se encuentra dibujada en ningún mapa, porque en verdad ningún ser humano debe de llegar a la misma.
Hay un faro (el faro de la ánimas) en lo alto de un acantilado que siempre advierte a los barcos de la zona de no acercarse a dicha isla.
No es un faro normal, brilla de noche y de día con un fuego rojizo que nunca se apaga.
Llueva, nieva ó haga viento, aquél fuego siempre se ve desde muy lejos.
Y así debe de ser, humano que en aquella playa acabe, Lady Halloween en sus brazos lo arropará, llevándolo entre las olas mar adentro, hasta que el cielo y las aguas ante nuestros ojos se unan.
Una vez allí, Lady Halloween lo entregará ante las puertas doradas y volverá de nuevo a la orilla de la playa, montando guardia, por si a algún otro humano se le ocurre pisar aquél sagrado lugar.
A Lady Halloween jamás se le escapa nadie, su lista interminable posee muchos nombres, nombres escritos en fuego, dichos nombres son tachados con ceniza cuando llega la hora y el día de su final.
Dice la leyenda, que a los humanos que no creen en esta isla, se les dibuja en sueños en un mapa la misma, y el sendero a recorrer hasta llegar a esa playa.
Cuidado con recorrerlo y presentarse en ese lugar, pues Lady Halloween siempre los espera para llevárselos mar adentro para nunca más regresar.
Si alguien algún día preguntase que de dónde venimos, solo haremos alusión a esa isla, de donde las almas humanas proceden y a donde vuelven una vez su vida en esta tierra acabe.
La playa de las ánimas, un sitio escondido con una historia mágica y total.
Escrito por Carlos Them.
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