En cada mirada un puente
colgante se extiende. Mi corazón.
Como un niño
jugando a volar a través
del universo. Todo alas.
Se posa en un instante
-sobre un abismo-
de pura inmensidades y hermosura.
Como el universo. Todo aquí
se va expandiendo. La sonrisa. El juego.
La hermosura. Y sobre todo esto
-o por debajo-
mi corazón latiendo a pleno vuelo.
Agradecido.
Texto agregado el 08-11-2013, y leído por 110
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