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Dos lagrimas, dos trozos de mi corazón
y la seducción innata de la noche,
que me favorece
suplicio o bendición no lo sabría,
suplicio porque no estás junto a mi
bendición porque extraes lo mejor de mi alma.
Todo día es un paso lejos de tu corazón
que me acercas a las tinieblas del alma
y una caricia de una dama deseada.
no, una caricia lujuriosa,
sino de mano frágil cariñosa
no beso apasionados,
tiernos susurros oídos
suaves latidos sentidos en nuestro lecho,
con mi oído pegado a tu regazo
sin siquiera bañar tu cuerpo a besos
porque no hay labios con que besar
ni ahora una frase con que debo terminar
sin a tu alma renunciar......
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Texto agregado el 08-11-2013, y leído por 88
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