Capítulo 3: Educación

Han pasado varias insurrecciones y todas controladas por fin da paso a un debate entre controlatistas e idealistas.

En la oficina llena de todos los discursos escritos se encontraban tres hombres.

- Mira Zot, la gente se alza por una razón. - decía un hombre de brazos cruzados mientras ocultaba su rostro tras un sombrero. - La gente en las insurrecciones apoya los antiguos partidos.

- ¡Cállate Adán! - gritó el representante idealista. - La única solución es abrir espacios donde estos partidos puedan ser felices y no molesten.

- El controlatismo no se dejará doblegar ante anticuados armados. - sacó un revólver - Mira David, la única solución es cambiar rápidamente la educación. Menos se conoce de los antiguos partidos menos nos molestan.

- ¡Cállense! - gritó Zot mientras se levantaba de su escritorio. - Mira Adán, tú mataras a los profesores que quieras y los reemplazas por quien quieras, pero tú te haces responsable.

Adán sin descubrir el rostro se largó mientras dejaba el revolver en el escritorio. Se movilizo hasta un colegio donde los legisladores observaban las clases.

Caminó rápidamente entre los alumnos hasta la dirección con dos legisladores, pateó la puerta y disparó a quemarropa contra el director.

- Para avanzar hay que dejar de mirar atrás... - se dijo a si mismo.

Mientras comenzaron el asesinato de profesores y reemplazo inmediato por legisladores; en el palacio de los antiguos reyes las paredes se llenaban de sangre idealista, las mesas empapada en tripas de los antiguos lideres, pocos cadáveres legisladores y muchos cuerpos del antiguo control. Zot caminaba entre los ríos de liquido arterial hasta el asiento del antiguo rey donde se cubría David.

- ¡Aléjate Zot! - gritaba el único representante vivo de los idealistas.

- David, David, David - Zot lo golpeaba con furia hasta dejarlo en el suelo - ¡El ideal es enemigo de lo posible! - lo comenzaba a patear - y nosotros hemos dado paz a cambio de libertad, ellos aceptaron el trato.

El idealismo lloraba entre tristeza y sangre mientras el controlatista sacaba el revolver regalado, un disparo rompió el cráneo manchando de sangre el suelo y matando los pocos ideales libertarios que quedaban en el poder.

A las semanas Adán había completado su cometido educacional a la vez que el idealismo terminaba de morir y desaparecer. El controlatismo iba ganando esta gran batalla etica y con bastante ventaja.