Dice la gente que hay un hombre que camina todas las tardes rumbo a su casa.
Que esquiva multitudes, que cruza calles sabiéndose un gigante.
Dicen pues, que este hombre navega sin embarcación, camina sin pisos, vuela sin alas….
De vez en vez da un paso, mira al cielo y sonríe, de vez en vez da otro paso, mira alrededor y alardea, de vez en vez se mueve y abre los brazos al viento y lo atrapa.
Cuentan que hay un ser humano que es más fuerte que Hércules, más alto que un Titán, más mágico que un fauno; es un hechicero de su propia vida.
Y este ser brilla tan reluciente como un asteroide cruzando la noche, y brilla, porque se sabe merecedor de brillar.
Hay un hombre que aunque no es el más rico del mundo, es el más afortunado del universo.
Es el tipo que logró atrapar la más hermosa sonrisa que jamás haya existido, los ojos más sensacionales que han pisado la tierra, la cintura más suculenta de la que se tenga memoria, el cabello más extasiante del que se haya escrito…… atrapó la vida de la mujer más maravillosa que he conocido.
Ese hombre puede presumir que es el hombre más poderoso del planeta, pues tiene a los seres más fantásticos de la tierra…
Ese hombre no tiene la menor idea de cuánto desearía ocupar el espacio que tiene en tu casa, en tu cocina, en tu sillón, en tu cama, en tu felicidad…
Dice la gente que hay un hombre que camina todas las tardes rumbo a su casa, y dicen que hoy por hoy, es la persona más feliz del mundo, pues te tiene a ti y a tus hijos y ¿sabes?, ¡No te imaginas cuánto amaría ser él!
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