Las mujeres de abordo vestían hule del color de la miel, y calzaban zapatos rallados y abiertos. La marinería perpleja por su presencia en un buque sin color, azotaba las barandas con vistosos medallones. Los oficiales confundidos oteaban el horizonte que, no muy lejos, desaparecía.
Texto agregado el 07-11-2013, y leído por 105 visitantes. (2 votos)