Pablo se está formando dentro de su madre, todos los días se pregunta cómo fue posible que su cuerpo hubiera surgido de la nada, esa cuestión no la ha podido resolver, en parte porque su cerebro no se ha terminado de formar. Cada día su madre le pasa la comida, tres veces al día, en algunos días son más alimentos. Está feliz de tener una progenitora que no lo ha desamparado desde la fecundación. Además su ascendiente va al médico periódicamente para verificar que todo esté bien con su bebé. Los padres de Pablo son creyentes, y le han puesto ese nombre en honor al apóstol bíblico, cada día por la noche, sus progenitores se encierran en su habitación, apagan la luz, se toman de las manos y oran a su Dios, están convencidos de que su divinidad no los va a desamparar, creen con todo su corazón que Pablo va a nacer bien, sin ninguna complicación, sin embargo, el universo piensa distinto.

Algunas noches, el padre, que es músico, prende el equipo de sonido, conecta los audífonos y los acerca a la barriga de su esposa, tiene la creencia de que al hacer este proceso, el niño va a salir más inteligente. Cada mes que pasa, los padres celebran, pues perciben como un logro cada etapa de desarrollo del embrión; toda la familia está contenta pues consideran una gran bendición que nazca un nuevo ser humano. Los pastores de los progenitores de Pablo los han bendecido de todas las maneras posibles, entre otras cosas, les han dicho que Pablito va a ser un gran predicador y que Dios lo ha bendecido con el don de la música. Los padres de Pablo se casaron por la iglesia hace varios años, y estaban deseando tener su primer hijo desde el momento en el que contrajeron matrimonio, lo habían intentado una y otra vez hasta que por fin, su depravación sexual dio fruto y la mujer quedó embarazada. Desde ese instante, las oraciones de la pareja se encaminaron a reprender al diablo que podía ocasionar complicaciones tanto en la mamá como en el bebé.

Cada vez que la pareja asiste a la iglesia, es felicitada por los demás feligreses, todos están confiados en que el bebé va a nacer a los nueve meses, como se supone que debe ser. Pablo tiene cinco meses de gestación y ya está casi completamente formado, su sueño es ser futbolista, piensa que apenas nazca va a empezar a luchar por su proyecto de vida, él también cree en Dios, piensa que es un ser bueno que no lo va a abandonar en medio de la tribulación. Los médicos le dicen a la mamá que siempre hay riesgos cuando una mujer se embaraza y que aunque haya muchos avances científicos, seguimos expuestos a los designios de la naturaleza; la mujer piensa que esos comentarios son demoniacos y no los acepta, sigue orando junto a su marido. Ya tienen ordenada, la que será la habitación del infante, la cuna está preparada y las paredes están pintadas con distintos tipos de animales. De un momento a otro, Pablo siente que algo lo trata de sacar del lugar en el que está, le empieza a faltar el aire, pasan unos minutos, y finalmente fallece a causa de asfixia, sintiendo la peor desesperación posible. Sus padres trataron de llegar al hospital pero cuando los atendió el doctor, el feto ya estaba muerto. Después de unos meses, los padres de Pablo decidieron tener otro bebé, exponiéndose a que les pase lo mismo.