Con esta soledad que me acompaña al hombro languidece inerte mi ser ante ella, cual bagaje de silencio estridente que susurra suavemente al oído, pero a su vez, voraz, que una soledad más otra no son compañía; que cuando se va por rumbo contrario al que el destino nos tiene deparado, no va muy bien, se siembra el vació y se cosecha nostalgia; corazón... cumulo de sueños. ¿Quién pudiera plasmar en meticulosos poemas, versos perfectos sin efímeras palabras?, y éstas, cargadas de la única verdad de la existencia. Arrumacos de dolor que embelesan el grácil óbito lunar. El corazón es el tamiz de las decisiones, quizás se equivoque, pero mayor equivocación seria no tener uno al cual poder escuchar.

Alejandro Ornelas