Hacía varios años que concurría a terapia. En aquella ocasión la consulta se centró en su conflictivo vínculo matrimonial. El analista le recomendó poner fin al anudamiento de síntomas que estaba asfixiando a la pareja. Era necesario otorgarle aire a esa relación basada en el apego.
Totalmente convencido de los acertados consejos del profesional, partió rumbo a su casa. Había decidido aflojar el nudo que ambos compartían.
Al llegar descubrió que ya era tarde. El cuerpo de su esposa colgaba sin vida de una cuerda.
El nudo había ganado.
Entonces, fiel al perfecto ensamble sintomático, se desplomó a sus pies.
Texto agregado el 05-11-2013, y leído por 468
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Lectores Opinan
17-11-2014
*****Es que a veces hacer nudos pasa por la mente, más que desatarlos. Solo_Agua
09-11-2013
me llevaste por un relato mas¡magistral hasta un final imprevisto pero acorde al relato bella manera de decir un relato triste pero aleccionador a veces es tarde cuando nos damos cuentas un fuerte abrazo rolandofa
07-11-2013
El nudo ya estaba puesto desde el inicio... solo sucede que la cuerda se tenso de más.Salu2. salzikrum
07-11-2013
Genial el titulo. El nudo tendría también que rodear al terapista. El mensaje no tomarlo como ejemplo, je. je. Mis ***** chilicote
07-11-2013
¿No es sorprendente? No, creo que la genialidad de la historia se basa en ese pequeño detalle: ¿Iba sólo a terapia matrimonial? El nudo tenía ventajas y era seguro que ganaría. :)
Una maravilla. ***** odliam