Desde hoy la soledad será su antónimo, así tal cual debe ser…
La soledad ya lo no será más, será toda mi compañía, única y autentica, no como un ser solitario, sino como ser libre y completo; porque en sí, lo es todo, mas que buscarle un sinómino, es su propio antónimo, venimos al mundo solos y nos vamos de él, solos; es nuestra naturaleza, no hay porque temerle; no se guarda, se libera, se goza.
Solo la soledad nos hace libres, y allí podemos encontrarnos y también perdernos… de momentos dramatizados, de la agobiante compañía, que a veces resulta inútil y falsa, siempre anda rondando, y nos somete a prolongados episodios de amabilidad fingida… que convence, envuelve, enlaza y en la nada nos suelta, caemos desde lo más alto de nuestras expectativas hacia los demás.
Entonces! ¿Porque esperar a los demás para vivir lo que “compartimos”?
¿Por qué buscamos compañía para vivir? Si podemos vivir, y en el camino la compañía será inevitable.
Seremos libres, solo cuando aceptemos la soledad.
… Que no significa estar solos, es saber esta siempre consigo mismo. Y créanme, cuando les digo que no hallarán nada más placentero que encontrarse consigo mismo, saberse uno solo, autentico, magnifico!
Es ese campo de conciencia y entereza q todos buscan, irónicamente para encontrarse, ese que se siente tan lejano, pero que jamás se ha ido.
Somos seres únicos, solitarios por naturaleza, irrepetibles en creación, no debemos buscar semejanzas para vivir, en realidad es seguir pasos ajenos, e inconscientemente renunciamos a nuestro certificado de autenticidad.
Único, irrepetible, irremplazable, entero, autentico, completo. Así nos reconoceremos cuando visitemos la soledad.
La aventura de vivir como un ser incondicional, la grandeza de ser siempre nosotros mismos, y la satisfacción de construir desde nuestro ser, el camino que queremos seguir.
Seremos libres siempre que la soledad sea nuestra única compañía.
Natalia Ríomo
04/11/13
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