Ay Soledad,
tiempos egoístas y ausentes de amores
se avecinaban, se acrecentaban
en tus ramificaciones interiores,
días limpios de vapor
se vejaban por la polución del ambiente.
Soledad de mis Dolores,
amparo y asimilación,
deformación del constructo
que fui hace unos leves años,
extraño lo desconocido
lo que no pudo ser y en mí a hecho nidos,
defiendo lo aborrecido,
lo que en estos tiempos contemporáneos
de la frívola venta colectiva se ha protegido,
aborrezco a las naciones y a tus labios,
cuando aparecen ¡de pronto! a ponerme condiciones.
Soledad envejecida y perversa,
me has atado a tus desgracias por ambivalencia,
siento la vida estallar pero entristezco
en primavera, en cualquier domingo extraviado,
miro sin comprender dañando mis manos,
me adentro por un impulso naturalizado
naturalizado en mi especie, de la que ya he exiliado.
Escribo porque de otra forma sería peor,
muero porque no he vivido,
vivo porque ya he sobrevivido,
sobrevivido a la muerte interior de aquéllo
que ya no volverá a ser repetido,
busqué mendigando,
amé introvertida y entregando,
odie atormentando,
y te vi,
te vi cuando ya eras un simple olvido,
un último vestigio,
representante de aquel amor
que habías dado y pisoteado.
Cada vez, de pronto y nuevamente,
no quiero cargar con lo que ya me ha aplastado ínfimas veces,
no quiero y sin embargo, seguiré contradiciéndome,
seguiré escupiendo y asqueándome,
intentaré alcanzar a mi caprichosa pertinencia
pero el universo en su profundidad me fatigará,
y será mi infancia la que tendrá revancha a esta desintegridad,
será ella quién me llevará a descender a los tétricos lugares,
a los nueve círculos estrechos y espectrales,
quien Dante (con el guía Virgilio)
recorrió hasta llegar al paraíso eterno,
pero como descreo de la divinidad del cielo me iré al infierno,
me iré alucinada y 'pecadora',
como he alucinado en estos días,
tiempos que me acontecen
y a mi juventud agravian y empalidecen.
Ay Soledad,
marchitaré el mediterráneo de tus pupilas,
me retorceré en tu significado,
hasta quedar nuevamente rendida,
y esperar, esperar sin desesperar...
pero he desesperado y así seguirá siendo,
mientras me corra sangre en cada orificio descompuesto,
mientras me llamen y no retorne al encuentro. |