La sombra domina la escena y bajo el escudo de la oscuridad, sus profundos ojos iluminan sospechosamente la noche. Caminan lentamente sobre el asfalto como conversando, sus pasos producen ansiedad a los observadores. La calle pasa metro a metro y el camino hasta ahora va por la mitad.
-¿Sientes el frio de la noche?, ¿Cómo lo percibes?
-No es común, pero lo que antes me agobiaba ahora es un desmán de tranquilidad.
Rubia y pálida, aquella nueva iniciada se contonea con dulzura y corta con su cara ovalada y fina la oscuridad que los rodea. Con sus atuendos modernos de corte clásico, la elegancia compite con la sencillez para robar protagonismo.
Con cautela la pareja continúa su rumbo en medio de conversaciones imperceptibles a simple vista, pero de gran tensión emocional para el espectador común. Las miradas entre ellos hablan en tonos tan bajos que se confunden entre el sonido de la brisa de media noche.
- ¿Qué alcanzas a ver al final del camino?
- Hay varias personas entre los matorrales.
- ¿Me puedes dar una opinión más acertada? Sé que lo alcanzas a sentir.
- Nos persiguen con sus miradas desde que pudieron ver a lo lejos en el camino. Me podría equivocar pero tal vez, no es una actitud pacífica la que guardan estos sujetos.
- Así es, no te equivocas.
Una sombra producto de la intensa luna se duplica en el asfalto, vuela por la noche y se posa al borde del camino junto a los matorrales. Escucha sus pensamientos atentamente, casi involucrándose del todo.
Pasan los segundos y regresa a su creador.
- Ve tú, inténtalo.
- Aun soy joven e indecisa, podría hacerles daño.
- Desarrollar al máximo tus habilidades personales. Recuerda las ridículas historias de vampiros, seres tan inmundos como Drácula hacían esto y mucho más.
Decidida y segura por las palabras de su compañero, una figura se desdobla, toma la forma de un pentáculo, a diferencia de la escena anterior; de cada uno de sus puntas, sombras humanoides corren, vuelan y se deslizan por en medio de las rocas y se posan tranquilas y camufladas alrededor de los sujetos analizados.
- ¿Qué acaba de ocurrir?
- No lo sé, de repente, llegaron en mi ayuda.
Con la expresión pensativa de ambos, el tiempo pasa y todo regresa a la normalidad. El camino sigue haciéndose corto y la tensión aumenta.
Súbitamente, y con un salto se hacen presentes por todos los puntos cardinales alrededor de la pareja, esperan el temor de las víctimas que caminan con la oscuridad, tratan de inquietar la voluntad con su lenguaje y expresión violenta.
Los caminantes se detienen, sus rostros terminan de esconderse, la actitud se vuelve relajada, el paisaje gana una tensión agobiante hasta para el más valiente de los hombres. La confusión reina y lentamente la imagen oscurecida de la pareja se desvanece entre risas y murmullos.
Las voces sin origen aparente se hacen más fuertes, los atacantes se paralizan y encuentran entre lo que escuchan, sus propios pensamientos; se ha creado un puente entre sus mentes, pasado y presente de sus últimos instantes de vida y cordura.
Entre los matorrales y a dos voces…
- Ese es el sentimiento de todas sus víctimas, miedo, desesperación, ansiedad que hoy se devuelven con justicia. Todos y cada uno de ustedes se auto juzgaran, serán limpios o se cocinaran si no soportan sus propios errores. Aquí no existe luz, y la naturaleza creadora es perfectamente justa.
Llantos y gritos se disipan con los primeros rayos del sol, el ambiente recobra su particular calidez de verano.
“Bajo la luz, la sombra que proyectas es dinámica y en cualquier momento puede ir contra ti”
............
-Me sorprendiste, tu poder es más grande que el mío.
|