Capítulo 2: Recuerdo y Renacimiento

En las paredes aun había sangre, las paredes rasgadas y el inmobiliario totalmente roto se mantenían. Todo seguía como lo habían dejado los idealistas.

El proyector parpadeante de la sala aun mostraba el símbolo controlatista, la porra eléctrica en un alambre de púas. El proyector parpadeaba y parpadeaba hasta perder toda la energía y la imagen.

Unos cuantos pasos se escucharon, un hombre encapuchado apuntó a todos lados mientras observaba el terrible escenario. Se acercó lentamente al proyector y su computador, entonces al encender unas formas borrosas aparecieron.

- ¿Tanto a pasado? - decía un viejo hombre mientras se acercaba y levantaba una silla para observar - Recuerdo que aquí estaba el presidente de Suecia.

- Mucho tiempo ha pasado, demasiado... - decía el encapuchado.

Al terminar de arreglar el proyector se vio con total claridad la sigla "ONU".

- Hemos vuelto... ¡Hemos vuelto! ¡Hemos vuelto! - gritó el joven quitándose la capucha.

Su eco resonó en todas las instalaciones, al poco tiempo unos cuantos hombres y mujeres más se acercaron. Un grupo de quince personas fueron los únicos sobrevivientes. Algunos no dejaban de mirar las rasgadas sangrantes en las paredes y puertas.

- Jesús, la lista esta hecha. Solo son guardaespaldas o agentes de la paz, somos los únicos "pacíficos". - Le contaba el viejo al joven.

- Bueno, primera misión. Conseguir insurgentes, rebeldes, insurrectos o lo que sea que todavía quede con ganas de libertad. - decía el Joven mientras se subía a una mesa. - Pero antes resguardemos este lugar, ¡La ONU ha vuelto y no dejaremos que nos vuelvan a matar!

Los trece hombres empezaron a investigar y buscar todo para poder sobrevivir, algunos traumatizados mirando las manchas de sangre cuando pasaban.

A las horas se escuchó un disparo, uno de los hombres se había suicidado al ver un cadáver del presidente de Alemania. Recordó muy bien como la blanca figura rompió la puerta y torturó al presidente para que este se suicidara, y al final tuvo que matarlo ya que no aceptaba quitarse la vida... el guardaespaldas se ocultó y no protegió a su presidente.