Pensé que la tenia conmigo, pensé que iba a dar ese gran paso. Pero no lo hice. Tuvo esa ligera inclinación negativa al verme, soy demasiado vulnerable y no pude más. El saber que las posibilidades iban en contra mía, hicieron que la tratara de olvidar cuanto antes. Estuve en esta situación antes, pero ahora soy más vulnerable. Debo crecer por dentro, buscar otras experiencias, buscar más. Dejo escapar un halito al girar en la esquina, desconsolado recojo algo de mi integridad.
Ella me conoce, pero no sabe que estoy tan vulnerable, ni siquiera pude intentarlo. Ni siquiera puede no importarme. Como cuando sabes que hay del otro lado de la puerta. Sabes que hay, nada. Existe ese vacio como el espacio. La gente pensamos que el espacio es parte de algo, pero es simplemente nada, la ausencia, el silencio. Solo cuando giramos la vista al cielo podemos percibir la realidad.
Me siento enfermo, eh estado así más de una semana. Cansado, mí mirada desviada a los aparadores vacios. La ciudad emerge del cielo y me toma con sus manos oscuras. A veces me carga hasta que pierdo la conciencia. A veces me sofoca contra el piso, me aplasta hasta que ya no siento nada. Cierro los ojos mientras estoy desparramado, como si fuera solo un montón de basura en el piso. Espero y tengo la necesidad de que alguien me recoja por fin, de que alguien me vea como algo más que solo basura. Pero eso nunca pasa, así que me levanto por mis propias fuerzas, y camino derecho hacia la nada.
Mi departamento es un vacio que sostiene emociones pasadas. Paralizadas en medio del cuarto, no me vean con esa mirada de lastima, no quiero sentir esto. Se que tengo mas adentro mi, algo que sin control se perdió, y que si busco lo encontrare algún día. Estoy solo, no se escucha el eco del silencio, se escucha más bien un denso y frio viento que me eriza la piel cuando trato de dormir. Busco sin rumbo entre las sombras, parte de tu cuerpo perdido. Busco algo de ti del cual pueda arroparme, no sentir el viento frio que me envuelve. Quisiera encontrar ese muslo desnudo en el cuarto, sentir tu pelvis, tus brazos arropándome, como palomas.
No encuentro nada, entonces solo queda una opción. Debo morir. Empiezo a llorar solo, en mi habitación. Mañana terminare con esto, lo hare. Dejare de sentirme así, tal vez encuentre a mi padre virando desde algún lado. Más allá de la muerte, tal vez encuentre otra vez su abrazo que me obsequio antes de irse. Esa soledad que sentí, que se vaya. Debo hacerlo, porque no hay otra opción, mi garganta se desgarra de dolor. Estoy llorando sin control, aferrado a esa única emoción que me produce algo de paz.
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