Familiares, amigos y conciudadanos.
Me honra la distinción de tal manera que las palabras no reflejan la emoción que tengo. Gracias, muchas gracias a las autoridades que intervinieron en la designación. Trabajar por la cultura no es tarea fácil, hay que sentirla, amarla y creer que ella es capaz de transformar la manera de pensar y el quehacer de todo un pueblo. Felicito a la institución municipal y autoridades por haber apostado por la cultura. Pocos municipios lo hacen, Álamo lo está haciendo y se propone fortalecer las raíces que sostienen las ideas, costumbres y arte para que lleguen hacia el espíritu de sus ciudadanos. Otorgar cultura nos hace sólidos, nos une y sensibiliza a ser mejores hombres. Mis respetos señor presidente y distinguido cabildo. Trabajar por la cultura, es el quehacer que ofrece a Veracruz el municipio de Álamo.
No imaginé la cantidad de sucesos que viviría cuando empecé a escribir. Tal vez el primer aviso lo viví en diciembre del año pasado cuando presentábamos en el auditorio de la facultad de filosofía y letras de la UNAM el libro “ cien fictiminimos” . Estaba en mi universidad, muy cerca de la facultad de medicina donde estudié y me recibí como médico cirujano. A mediados de año presentamos el libro “ lectura de locos” en Coyoacán y me sorprendí de estar tan cerca de la casa de huéspedes en la que me alojé cuando llegué a la capital. Este día, tengo muchas emociones, pues estoy en el lugar donde nací, un seis de Enero de 1946 y soy sobrino nieto de Félix Austria, presidente municipal del municipio, allá por los años de 1927-1929, Tuve el honor de convivir con él cuando yo era un reprobador de matemáticas adicto. Él vivía sus últimos años, sin embargo recuerdo su bondad y su facilidad para la enseñanza , me proponía problemas y a mi alcance los resolvía, hubo una vez que me abrazo y me dijo “ si menso no eres” eres brillante: es el maestro que no sabe enseñarte. Seguramente lo hizo para darme confianza y amor.
Han pasado sesenta y siete años y veo el pueblo donde mi madre me dio la vida y siento que aún no me repongo. La vida me ha dado mucho más de lo que merezco y estar en mi pueblo con mis conciudadanos no tiene precio, y sí olores de naranja, huapango, recuerdos y poesía.
Gracias mil a mis amigos que pensaron en mí y me propusieron para tan alto merecimiento y a la institución municipal que me otorga su designación.
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