Permíteme
Permíteme encuadernarte, sellarte en pocas palabras,
materializar lo indescriptible, tu belleza, tu mirada.
Permíteme trazar un lienzo con tu piel y tu carácter,
que el pincel te corra suelto por el cuerpo y la margen.
Permíteme compaginarte, organizarte en claras ideas,
como luna, mar, flor o estrella, o simplemente todas ellas.
Permíteme escribirte en sueños, como verso de enamorado,
como coplas que no riman, como un beso que es robado.
Permíteme imprimirte en mi alma, como aroma de la vida,
libertad recalcitrante, demarcada, solo mía.
Pero jamás permitas que maniate yo tus alas,
tu sonrisa traviesa, tu mente alocada;
que el tiempo te aleje o acerque demasiado,
que nuestros mundos colapsen al decir que te amo.
Permíteme olvidarte, solo un momento,
renunciar a tu esencia, suspirar tu recuerdo.
Y entonces volviera yo a pedir tu permiso,
para sellarte en palabras, trazarte en un lienzo,
mirar hacia el cielo, decirte: “Te quiero”.
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