" Esos locos bajitos que se incorporan...."

J. M. Serrat


La literatura es tierra de locos y de locura,
pero no de esos pobres seres inadaptados, autocomplacientes y atolondrados que angustiados no saben como deshacer los nudos de la camisa de fuerza que le han puesto luego de las inyecciones.

La literatura es para otros locos o esos mismos, más carreteados. Son esos locos que se van arrastrando o en picada al abismo de si mismos y maravillados encuentran el pozo de sombra más grande que hayan visto y es una Noche Oscura dicen, sin estrellas, absoluta, aparentemente inerte, pura potencia, pura creación.

Esos locos saben que sus escritos son como los demonios que se soplan para soltar los nudos que estan muy apretados y entonces, comienzan por leerse a si mismos y desatar uno a uno todo aquello que les impide expresarse, pero sin que los "sanos" los agarren de nuevo, nunca más.

Es más, se transforman en seres vulnerables e inofensivos pero a la vez altamente peligrosos para el estado de cosas de la sacrosanta sociedad. Porque no hay nada más peligroso para la seguridad ajena, que hacer lo que uno quiere suavemente.

Si a eso le agregamos que estos locos no se creen el cuento, ni el ensayo, ni el poema tenemos un engendro, un verdadero monstruo tan dulce e inocente como un niño.