En una tranquila madrugada, navegaba por el ciber-mundo, ya que no lograba conciliar el sueño. Mientras curioseaba en las redes sociales de mis amigos, fui interrumpido por un extraño quejido proveniente debajo de mi cama. Temeroso, trate de investigar, pero a la más leve aproximación, estos gemidos pasaban a ser furiosos gruñidos. Grite en busca de auxilio, pero mientras lo hacía, la cosa que gruñía golpeaba rabioso mi lecho haciéndolo tambalear de izquierda a derecha. Ceso su agresividad en el momento en que acalle mi desesperación.
Cuando los rayos ultravioletas del sol invadieron mi habitación, cuidadosamente me acerque al sector inferior de mi catre, para averiguar la clase de aberración que ahuyentó mi calma. La conmoción se apodero de mi persona, al sorprender a mi hermano Romario con un monstruoso disfraz, yacido sin vida en el suelo. Corrí alarmado en busca de un vecino cirujano. El Doctor procedió a examinar a mi hermano, y diagnostico que su muerte fue causada por la picadura de un arácnido venenoso.