El tiempo transcurre, un suspiro y un cigarrillo se queman a la vez.
Inhala lento y exhala de prisa, su mente no le permite olvidar, malditos recuerdos, mejor haber nacido ayer se dice a sí mismo.
De rostro apagado y sombrío, inexpresivo e hiriente a quienes le rodean, se muestra el caballero de oscura armadura y espada gastada.
Cierra sus ojos mientras aspira el humo que quizás algún día le de cáncer. Lentamente olvida, escupe hacia el cielo sus pesares.
Firme mantiene sus pies en el suelo, comprende el significado de realidad, cual loco alguna vez creyó vivir sus locuras y haber destronado a reyes, matado dragones y volado con hadas. Cual loco pensó que existía la pureza en la idea sin filtros, la verdad tras bambalinas, el amor tras el recelo.
Viste de negro, su alma de luto. Ha muerto otra parte de sí mismo en memorias ajenas, su alegría y angustia se mezclan, no sabe que busca, no sabe que quiere.
Termina de fumar, se pone de pie y avanza lentamente hacia su ultimo destino, bajo la lluvia de esa noche.
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