RENIEGO AL PENSAMIENTO.
Paso mis horas pensando,
en verdad debiera pensar algo inteligente,
¿Si en cada paso que surca mi mente
ando miles de segundos,
a dónde avanzo?.

Me entra la mañana
cual fuese hilo de tiempo dormido,
dentro de mí explota
y me deja confundido,
con las carnes abiertas
como rosas.

Me he puesto la túnica del día.
Me ahogaré con viento en la cara,
me mantendrá despierto.
Me envolverán sus horas,
me quedaré quieto
y me surtiré
de oxígeno,
de tiempo,
de trayectoria,
de liviandad,
de simple vuelo,
de fin,
de comienzo,
de paz alzada,
de esperanza,
de etcéteras.
Estoy naciendo.
Me estoy creando.

Cuando pienso
me hago
al nuevo nacimiento
y me palpo,
no me siento.
Me estoy viviendo
en un presente
que admite en mí
apenas un poco de él,
solo un rato.
Y fuera de mí
el mundo explota,
me mira en silencio
me recoge a disfrutarlo
y yo me voy en él adentro.

Cuando me sonríe
me hace sentir feliz
y a veces cuando sangrando me ve
descubre en mí la vergüenza,
mas yo muestro implacable desprecio
y lo miro cuán lejos pueda
con los ojos que tengo
y en frío desafío
nos dañamos al máximo
donde ambos podemos.

Cuando más quieto estoy
se agita más mi aliento,
por todo el recorrido enorme
que hace el pensamiento.
Que no se gasten las fuerzas,
porque estando en movimiento
me evito estar pensando.

Hay que despedirse callado,
dejemos todo en su puesto,
muchas tardes
y varias noches.
Hasta siempre
eternidad, luz
y mañanas de claro cielo.