Me pasa que te recuerdo... No lo digo por venganza, sino tal vez por costumbre. Ya no te guardo rencor ni recelo alguno, he tratado conseguido perdonarte... Espero te pase lo mismo y sigamos con nuestras vidas.
Es esta necia memoria que está del lado tuyo, y siempre te favorece. Porque sólo me recuerda de ti las cosas buenas. Las menos dolorosas, las alguna vez realmente importantes, las más positivas... Aunque no me resulte suficiente para materializarte.
Y me da por recordarte, por pasar un rato sólo en la sala que te espera todavía. Se me da a veces, eso de invocar con imágenes mentales. De pensar y escarbar en la memoria, con tal de recordar tiempos ajenos ya.
Y lo digo... Me son ajenos ya, de tan lejanos. Tan distantes que parece que ya no me pertenecen. Que se han ido a un lugar donde son de alguien más. O de común acuerdo conmigo (y yo sin acaso recordarlo) se han mudado para pertenecer al dominio público. Vaya manía de no seguir adelante, si sólo tengo que escupirte como letras lacerantes.
Te da también seguro por recordarme a veces, como me pasa contigo, quiero pensar. En las tardes en que lloran las ventanas y el frío se mete, esquivo en la casa por debajo de la puerta. Donde un café y un té se encuentran en la misma mesa, como la última vez que lloré hacia dentro para que no lo notaras (como seguramente lo hicimos ambos, otras tantas veces).
Serán tantas las absurdas fijaciones que tengo, que me hago latente con esas cosas pequeñas que a nadie importan demasiado. Como cuando la casa suda por dentro, y me preocupo; y se me olvida lo que estaba haciendo, y busco regresarme como en la lectura, cuando he pasado un par de párrafos y debo releerlos. Porque distraído me dio por recordarte, y se me escapa un suspiro en tu memoria...
Y me pasa que te pienso y sigo buscando a alguien más, aunque sepa de sobra que esta cama aún vacía, te pertenece. ¿Por qué no puedo extraerte con par de frías pinzas mentales, para seguir adelante? No puedo volverte humo, para que te desvanezcas y salgas de mi. Ya no sales en forma de llanto, y sin embargo cada día te noto con menos brillo... ¿A quién le dolerás tanto?
Sólo espero que te pase lo mismo con alguien como a mi, (y quieras salirte de tu cuerpo con tal de no sentirle y olvidarle dolorosamente) para que estemos realmente a mano... Porque pensar que tu vas por ahí con tu vida, como si nunca hubiéramos sido uno solo, me resulta hasta hilarante. Con todo y el perdón que no alcanza para el olvido... |