En el pasado, cuando tenía falsas esperanzas, pensaba que la democracia era un buen sistema político, pues consideraba que le daba la oportunidad a cada persona de mejorar. Afortunadamente me di cuenta a una edad joven de que todas las estructuras de gobierno son puras falacias que lo único que hacen es preservar el horror que vivimos a diario los seres humanos. Llegué a pensar que una especie de comunismo democrático podría ser la solución para nuestras desgracias, pero en realidad es una contradicción, pues no existe un régimen que pueda acabar con la gran cantidad de crímenes que suceden todos los días.
Los gobernantes son espectadores de la tragedia que vive el pueblo, gracias a ellos, el ciclo mortal prosigue. Lo mejor para todos es que nadie nos gobierne, que cada quien se dedique a sobrevivir como pueda, ya que no hay verdadero respeto por la vida de los demás. Ningún dirigente da real seguridad a sus compatriotas, por eso su labor es nula. Las normas de convivencia están basadas en mentiras, por ejemplo, eso de “no matarás”, es algo hipócrita.
La mayoría de las personas dicen que no son capaces de asesinar a nadie, pero eso sólo lo declaran con palabras, porque, en mi opinión, hay individuos que están diseñados para matar; por esto todos tenemos una alta probabilidad de convertirnos en homicidas; si alguien les hace daño a nuestros amigos y familiares, probablemente seremos capaces de cometer cualquier atrocidad. La historia está plagada de gente sádica, como Hitler, si no estás de acuerdo con él, ¿serías capaz de matarlo? ¿O prefieres permitir que siga cometiendo delitos impunemente? Por lo menos debemos aceptar que los códigos de convivencia son relativos, por lo que no pueden expresarse de manera totalitaria.
La sociedad está fundamentada en un sinfín de falsedades, uno de los engaños que proponen algunos religiosos, es que estamos en los últimos tiempos, y que debido a esto, se está presenciando todo tipo de catástrofes. Esto es un embuste, pues lastimosamente, toda la historia de la humanidad se puede clasificar como género de horror, no ha habido un solo día de paz entre los seres humanos desde que existimos. Así pues, los políticos se dedican a ver que cada día los ciudadanos se matan entre sí.
Ni el comunismo ni la democracia, ni nada por el estilo podrá eliminar la naturaleza criminal de los bípedos. Los políticos son ególatras, la democracia está mal llamada, debería llamarse egocracia, pues estos personajes sólo buscan tener la sensación de poder, únicamente eso. Yo por mi parte, aspiro a sentir algo parecido, pero a través de un escrito, una canción y una pintura. La política es igual a la fe, una forma astuta de engañar a los demás, y es mucho peor, es una manera hábil de engañarse a uno mismo, pues ellos saben que se están lucrando basándose en el trabajo de sus coterráneos que trabajan con mucho esfuerzo diariamente para mantenerlos. Ojalá que la ambición de nuestra especie se detenga, para que comprendamos que la esperanza es un embuste de algunos pocos, que utilizan a los demás para sus macabros propósitos. La anarquía no significa desorden, es una postura radical que inhabilita a todos los oportunistas de los gobiernos.
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