Todos los días vienes hacia mi ventana, todos los días te observo, te admiro te deseo, todos los días vienes y no vienes pues no te tengo, que desesperación siento al no poder estrecharte, no poder poner mis “garras” para nunca más dejarte.
Vienes y te paras ahí con cara de inocente, con cara indiferente, te floreas delante de mi sabiendo que te observo con mis ojos de desesperado, siento muchas veces que te burlas, que mi dolor te divierte. ¿Te burlas de mi?.
Es tanta la pasión que siento por ti que siento morir, es una lenta agonía el verte, me desespero tratando de saltar la ventana pero también sé que si la cruzo pierdo todas mis defensas, el mundo es tan peligroso que solo el temor me detiene, he intentado cruzarla pero cuando juntaba el valor y estaba dispuesto a llegar junto a ti, tu graciosamente te ibas...me dejabas.
Es un juego tan cruel que me lastima, vienes puntual a observarme, a observarte, siento a veces que deseas mi abrazo como yo, pero huyes, siempre huyes de mí, y yo acá quedo triste y melancólico con esta agonía en mi pecho.
Que desesperación, que tu seas una paloma y yo un gato de departamento.
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