Sonrío al saberte bien y oirte cercano,
sonrío al desearte pronto y sentirte a mi lado.
Sonrío al pensar en las noches de coches y sobresaltos,
noches oculto en las sombras, escondido, pero a tu lado.
Te admiro por como enmascaras los miedos que me amenazan,
por pintarme un camino de rosas en la noche más amarga.
Noche carente de amor que me atrae, me aleja y me arrastra.
Y no me importa si entienden el objeto de mis palabras,
que bailan al son de la tribu y de la luna que me canta,
canciones de un viejo amigo, guerrero de capa y espada.
Cuéntame historias de acero hincado sobre su espalda,
de nieve helada que quema resbalando por tu garganta.
Conocedora de miedos que entran, que salen, que escapan.
Y permíteme acompañarte por ese camino errado,
mientras lobos de la noche se estremecen sin amparo,
sin más amparo que el broche que desata nuestros encantos.
Quiero acompañarte siempre al bosque desencantado,
pero hacerlo como ayer, escondido, pero a tu lado. |