HUGO CHAVEZ Y LA PAGINA AZUL
Una vez cada cien años nace una persona con capacidades extraordinarias. Suelen sobresalir como calculistas asombrosos, músicos virtuosos, pintores deslumbrantes o se convierten en verdaderas enciclopedias vivientes con prodigiosa y detallista memoria fotográfica. Mi abuelo es una de esas personas. Es capaz de decir qué pasó exactamente en cualquier fecha que se le de en un rango de doscientos años. Cuando me siento aburrido y por la lluvia no puedo salir a patear la pelota me entretengo poniendo a prueba su prodigiosa memoria.
-Abuelo, yo nací en 1998. No te voy a preguntar por un día específico sino por todo el año. ¿Pasó algo interesante ese año?
El viejo se mesó los cabellos blancos. Se quedó pensativo y luego entornando sus ojos grises comenzó a hablar como si yo no estuviera presente.
- 1998 se inauguró un día jueves. Lejos estábamos los humanos de imaginar que ese año acunaría terribles acontecimientos. El mundo apenas se desperezaba de la resaca de las fiestas de fin de año cuando fue golpeado por la primera mala noticia. Grupos integristas asesinaron a más de quinientas personas en Argelia. En la semana siguiente un devastador terremoto asoló Guatemala.
Casi sin darle tiempo de asomarse, febrero fue recibido con el asesinato de tres mil rebeldes Tamiles en Sri Lanka a manos del ejército. El mes se despidió con el peor temporal de la historia en la Florida.
Marzo ingresa trayendo la noticia de que, en Stuttgart se detiene a un criminal nazi acusado de la muerte de setenta mil personas durante la segunda guerra mundial. Se asesina al obispo de Guatemala, Juan José Girardi, con un bloque de cemento, por haber publicado días antes un informe donde acusó al gobierno de terrorismo de estado, siendo el responsable de la muerte de doscientos mil indígenas y de haber exiliado de sus tierras a más de un millón de civiles desarmados.
Abril, mayo y junio estuvieron teñidos de rojo sangre, por todos los rincones. Y en julio, el peor terremoto submarino de que se tenga noticia provocó un terrible tsunami en Indonesia con miles y miles de muertos y desaparecidos.
Agosto no fue menos tranquilo. En las costas atlánticas de Honduras ingresa el huracán Mitch que provoca lluvias catastróficas en toda América Central provocando la muerte a más de diez y ocho mil personas.
- Abuelo, espera, espera, detente, no me abrumes con tanto dato trágico ¿es que ese año no hubo noticias buenas?
- Oh, sí. Las hubo. Por ejemplo, naciste tú y llenaste de alegría nuestro hogar. Sin embargo los medios casi sólo publican asesinatos, catástrofes, violencia, destrucción y muerte. Pareciera que las buenas nuevas no impactan, como si los humanos solamente nos estremecemos con el pan y circo que reclama más víctimas para el insaciable dios de la guerra y su consorte la violencia inhumana e insensata.
El abuelo calló un instante. De pronto su rostro se iluminó y luego presa de una emoción placentera exclamó:
- Entre esas buenas noticas que pasan casi inadvertidas está la iniciativa que tuvo un chileno de fundar una página literaria. Un portal que abrió sus puertas a todos los que quisieron volcar el fruto de su talento en ese molde de incipiente difusión. Giancarlo nunca imaginó que su iniciativa tendría una repercusión planetaria de inmenso éxito. Y por cierto se inauguró un 15 de septiembre, coincidiendo con la independencia patria de varios países latinoamericanos y desde entonces se llamó “La Página de los Cuentos”. Por sus pasillos comenzaron a desfilar innumerables escritores de todos los tamaños, estilos y colores que encontraron en esa casa el sitio idóneo para ventilar su creatividad, gritándole al mundo que los humanos también tenemos un lado sensible, creativo, constructor de un mundo mejor, más culto y digno. Y ahora, quince años después, la legión de escritores que han detenido su vuelo y se han posado en las ramas azules de ese árbol inmenso, nos sentimos inmensamente felices del éxito que la Página ha tenido.
- Ya sé que tu memoria es enciclopédica, pero… ¿cómo es que te recuerdas tan fielmente de la fecha?
Movió su cabeza como desempolvando los recuerdos y casi con un asomo de lágrimas, exclamó:
-Lo recuerdo… porque yo fui de los primeros que subió un cuento a la Página. Tuve que esperar casi dos años para poder hacerlo porque al inicio sólo aparecían cuentos de Cortazar. Mi cuento se llamaba “Mocosa, vete a jugar al patio” Puedes estar seguro de que no era nada de importancia ni trascendencia como para despertar la envidia de un Neruda o de un Lorca. De vez en cuando, muy ocasionalmente subo algún texto para mantener mi presencia en esa página maravillosa…
-Ah, y dime abuelo, ¿hubo algo más ese año, digno de mención?
- Bueno, sí. El 6 de diciembre Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales por primera vez.
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