* Se que en mi bibliografía hay muchas entradas al Yó. No es ninguna debilidad personal, eso que quede muy claro, es sólo una pequeña contribución a lo que somos de verdad y al poder que nos ha sido conferido para conocernos y programarnos a nosotros mismos ante lo que la vida siempre nos tiene preparado.
Odio ver como las personas enferman si hacer nada para remediarlo, como se descuidan sin preocuparse de sí mismas y como muchas veces dicen, "que se le va a hacer, así es la vida". Triste, muy triste oír y muy cruel ver tanto ciego negado a amarse a mi alrededor. Por eso los textos del Yó. Por nada más. No me arrepiento de escribir ninguno de ellos, este fué el último texto que tenía en mente escribir y el que resume muchas cosas hábiles de nosotros mismos.*

No existe ninguna religión en este mundo como tu propio ser interior.
Cuando haces algo mal lo sabes, al igual que cuando haces algo bien.
Tú eres tu propia religión, tú emites el castigo sobre los demás y sobre tí, ya que tienes la conciencia al existir.
Tú haces emanar tu propio poder de maldecir, de irritar ó de destruir en un momento preciso ó de reparar una situación puntual.
Tu destino varía según tu actitud.
¿ De verdad necesitas un libro y los domingos para saber hacer lo que has de hacer ?. No me lo puedo creer que tengamos que de eso depender.
No necesitas nada más que analizar lo que está ocurriendo y actuar sobre tus principios básicos, esos que te dieron al nacer.
El bien y el mal están siempre en tí.
Nadie te los va a cambiar, ni por supuesto a quitar.
Tan sólo elige el acto adecuado en cada momento y deja a tu conciencia en paz existir.
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La soledad no es un término de tristeza mientras no te encuentres con el vacío dentro de tí.
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Es tiempo de mirarse en un espejo y de decidirse a conocerse.
Es tiempo de levantar la vista frente a sí mism@.
La verdad de cada cuál no está mas allá de donde llega tu mirada, sino tan cerca como esté tu corazón.
La falta de esa visión es la que siempre te hace caer, porque tienes tantas ganas de mirar tan lejos, que no ves ni siquiera tu propio amanecer.
Todo se basa en tí y en nadie más.
Tú eres tu propio triunfo ó tu propio fracaso frente al resto de la humanidad.
Tú eres tu propio problema, tu propia enfermedad, tu propia solución ó tu propia curación.
Nadie más lo hará por tí, se tú quién inicie el proceso de tu fé.
El secreto de la vida se encuentra escondido solamente en tí.
La magia de existir es la de quererse bien, y si eso lo consigues, a los demás los querrás tan bien como a tí.
No hay otra cosa que hayas venido a hacer, tan solo saber amarte, para saber amar a los demás también.
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Escrito por Carlos Them.

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