Hoy me sujeta la melancolía, y en mis manos la pluma.
Negra tinta, blanco papel, y en el van mis rimas hechas poesías.
Tal vez sea una virtud, y en ella plasmo, mis temores y alegrías.
El poema encierra, a veces las verdades, o tal vez sean solo palabras.
Pero en mi pecho late un corazón acompasado, lleno ilusiones.
Tal vez inspirado, en viejos cuentos de hadas o hermosas princesas.
O unos labios que se posan cual alas de bella y colorida mariposa.
Mientras la lluvia y el día gris, fuera del cuarto, en melodías de gotas.
Tal vez ellas son las que hoy en este día, afluyen todas mis ideas.
Se devanan mis quimeras, pone en acecho mis sentidos, y asume el poeta.
Puedo ser amante, tener mil romances, tejer leyendas del pasado.
Ser un caballero en su brioso caballo, en busca de aventuras inexistentes.
Pero no es solo un capricho de mi mente enardecida, solo soy un poeta.
El cual con sus sentidos puestos en la pluma, plasmo mis emociones.
Afuera, llueve la cristalina llovizna deja gotas de rocío en las hojas de las plantas.
Mis ideas convergen en claro concierto de liras, y en sintonía con mis emociones.
Quiero con mis poemas tocar las fibras más sensibles, y llegar a tu corazón.
En clara ofrenda de sentimientos arrancados desde los más hondo de mi alma.
No soy un eximio poeta, no soy el claro exponente de una idiosincrasia.
Un leve escalofrío recorre todo mi cuerpo, y la mañana me acompaña.
Sin el sol en lo alto, solo nubes grises y frías, sin embargo me sosiego.
Pues hoy en esta mañana, lluviosa y fría me acompañan mis poesías.
Raúl Amador Irusta
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