Qué fue de ti? Por qué no tuve noticias tuyas? Te marchaste tal vez de ese lugar, pero por qué no me lo hiciste saber? Acaso nunca te diste cuenta de lo mucho que te apreciaba? No pensaste que al olvidarte de mí, sufriría? No te importó? Entonces era falso tu afecto. Mentías cuando jurabas que nuestra amistad sería para toda la vida. Si todo lo que pienso es verdad, no entiendo por qué. Creo que nunca te dí razones para ello. A veces imagino que todo fue espejismo. Que nunca fuimos amigos. Pero no. Tengo pruebas de nuestra amistad. Todo fue real. Puedo tocarlas una y otra vez y convencerme de que no soñé. Tus misivas las tengo conmigo, y en ocasiones, cuando tu recuerdo se hace más latente, las leo y me parece escuchar tu voz diciéndome esas lindas palabras, que tantas veces me hicieron soñar un mundo maravilloso, al leerlas. Sé que esto es imposible pues no te conozco en persona. Sin embargo, tengo la seguridad que tu voz es tierna y dulce, y pertenece a una persona con esas mismas cualidades, porque no se puede escribir lo que no se piensa. Mi corazón me dice que eres noble y bueno. Pienso que algo grave ocurrió para que dejases de escribirme. Y yo a pesar de todo albergo una pequeña esperanza. Quizá algún día, no muy lejano, me recuerdes y vuelvas a enviarme tus adorables cartas, cubiertas de palabras y pensamientos hermosos. Ese día será de fiesta para mi corazón. Pues a pesar del tiempo transcurrido no te he olvidado.

Romie