Tu puedes! me repito ante el espejo, desnudo y atravesando mis pupilas.
Tu puedes! me repito mientras duermo y me alejo en mis sueños.
Tu puedes! me recuerdo mientras hablo, leo, trabajo o escribo...
Y así, casi sin darme cuenta llegué aquí, rompí mis cadenas y pude.
Texto agregado el 10-10-2013, y leído por 141
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