Me niego a aceptar la idea. Por qué no pensar que está en otro planeta… por qué no crear un mundo imaginario con Dulcinea o Beatriz, viendo a Dante comer junto al Quijote. Hoy el porqué no basta para preguntar, hoy sirve para generar dudas que se responden en el abismo más ínfimo de la soledad, esas preguntas solo sirven para fantasear. Hoy se sube el telón para ver la agonía de Romeo ante el alma envenenada de su amada, porque hoy la luna herida y casi llorosa me reprocha el porqué use su nombre y embarre su memoria, pues no es mentiroso el que actúa, sino el cobarde que llega de imágenes abstractas una historia… y ¿qué es la historia?. Recordarla no ha de ser buena idea, hoy que la luna gime y exige consuelo, pues recordarla, exige herir la memoria, cambiar de función al corazón y colgarlo en la pared cual reloj de horas pasadas, que al mudarse al presente dañan y se niega a continuar su rumbo marcando horas futuras.
Sí, recuerdo que solía pastar mis sentimientos en el palacio que construí con ella, sin que ni siquiera lo advierta, junto a la luna. El agua se convirtió en sangre a causa de su indiferencia y el castillo con muros de verso y poesía no era verdad. ¡Mierda!. Hoy sangran ilusiones al ver ovejas pastar en campos verdes y cuidados, pero…no sé qué decir y para qué decir algo si ya con nada me consuelo.
_Basta_ exclamé, una lágrima apagó mi rostro y mi corazón esperaba el ocaso, susurrando una canción de espera bajo aquel árbol que sostenía mi embriaguez....