A veces me pregunto si no tendré un componente sado-masoquista en mi ser. O será una tendencia quijotesca para pelear contra los molinos de viento. Cómo es posible encontrar citas literarias en esas tremendas obras! Alguien podrá hacer lo mismo con las obras de hoy en día?
Por que me pregunto esto? La respuesta es muy sencilla. Vas a un lugar que te atienden mal, que te sirven peor, que en definitiva te maltratan y, que hacés?, volvés a ir! Será la esperanza que las cosas cambien? O será una muy probablemente mal aplicada tendencia a aportar un granito de arena para que las cosas mejoren.
Sería comprensible hacerlo en una oficina pública, donde al fin y al cabo, somos uno de los millones de propietarios, pero lo somos. Sería también muy entendible hacerlo en empresas oligopólicas que tienen una tendencia a tratarnos mal y cuando a no a estafarnos.
Cuando me sucede uno de estos casos, por ejemplo tener que ir a reclamar algo a una compañía de celulares, primero, dentro de mí, maldigo por que se lo que va a pasar. Pero cuando pasa hasta lo disfruto! Aprendí que ni siquiera son las personas individuales que te atienden. Es una organización formulada de tal manera que tiene más filtros que personas. Donde cada individuo responde por nada, todo lo debe decidir aquel que, justamente, no da la cara. Esto vale telefónicamente y personalmente.
Telefónicamente si conseguís que te atiendan! Cuando luego de las interminables opciones de una computadora a la que ni siquiera podés putear, la llamada suele terminar cortándose después de que “todos nuestros operadores están ocupados” haya resonado en tus oídos unas cien veces. Y si te atienden por milagro no pidás por un supervisor o un responsable, nunca están disponibles. Y quien te atiende puede ser que esté a la vuelta de la esquina, en América Central o la India, donde haya mano de obra más barata.
Personalmente será mejor? No! Las oficinas de MoviStar por ejemplo tienen un filtro inicial. Todos deben pasar por un escritorio, o una chica parada en el camino, o algo, decir que quiere, ser derivado y esperar. Claro que esa cola inicial puede tener diez, veinte, cincuenta, cien personas. Y no miento!
Además siempre encuentran la manera de engañarte (ay letra chiquita!!, si uno la leyera)((si uno la leyera no compraría nada!!!)). Ni que hablar de la carga de la prueba. Uno consumió lo que ellos dicen y punto. Uno utilizó los servicios que ellos dicen y punto. Aunque jamás los hayas pedido! No importa. Ellos no se molestan en probar que los pediste, facturan, y a cantarle a Gardel. Vos tenés que probar que no pediste lo que no pediste, demostrando que no hiciste algo!
Por favor, que alguien me lo explique, cómo se hace? Yo no lo se, y la lógica semi matemática de mi educación me impide verlo. Quizás, sin ofender a nadie por favor, haya que entrar en el terreno psicológico, o más allá, parapsicológico! Yo creo que si alguien consigue desentrañar esto ganaría un buen premio. Claro que me viene a mi cabeza que la justicia funciona muchas veces igual, se entiende?
Yo se que termino siendo un maleducado. Cuando me estafan, me destratan (no me quieren ni maltratar siquiera, o sea no me dan pelota!), me hacen sentir como alguien sin ningún derecho (si obligaciones por supuesto), mi presión comienza a subir, mi tono de voz va en aumento al mismo tiempo que mi cólera y, me pongo a gritar! Soy un maleducado! Quedo a la vista de todos! Pero, a veces, me atienden……….!!!
Siguiendo con mis tendencias autodestructivas, termino yendo a lugares donde no tengo ninguna obligación ni necesidad de ir, donde también se lo que va a pasar, pero no se por qué, de vez en cuando, sigo yendo. Quieren un ejemplo? Ninguno mejor que Mc Donald’s.
Cuando esta cadena de comidas rápidas comenzó en la Argentina, creo por la década del ochenta, no sólo revolucionaron su mercado por los productos, sino por la atención. Los empleados literalmente corrían para atenderte bien y mejor. Si, por alguna razón, se demoraban algún minuto, primero pedían disculpas, segundo te regalaban algo, lo que fuera, unas papas, una hamburguesa, algo.
Algo se ha perdido debo decir. Hoy se han vuelto un monumento a las “colas de espera” y al maltrato. Podés no demorar demasiado en llegar a la caja y pagar. Pero el que cobra sigue recibiendo pedidos y cobrando. Vos te vas a la cola de al lado para esperar tu pedido. Esa es la cola larga, larga, y espera, total ya pagaste. Acaban de abrir un gran local en el centro de una ciudad del Gran Buenos Aires donde no hay lugar para las colas siquiera!, ya ni arquitectónicamente te ayudan.
Pueden llenar una ciudad con publicidad de un producto nuevo, como por ejemplo sus hot cakes (panqueques en mi idioma). Aclara la publicidad se venden desde la apertura hasta las once. Ja, ja! Anda a comprar a las diez y media! Por deporte fui a distintos locales y siempre lo mismo, se terminaron! Eso sí, anda a las once y un minuto. No se puede porque pasó la hora! Tampoco se te ocurra pedir una ensalada tarde por la noche, ni hay ni te la van a preparar.
A veces es divertido ver toda la gente esperando, los empleados corriendo, la comida amontonada esperando. Es un gran caos organizado donde participás voluntariamente. Vas, pagás, y quedaste dentro.
Libro de quejas no existe. Los gerentes del local no resuelven absolutamente nada. Ya se parecen a un banco, donde las computadoras y los oficiales de cuenta reemplazaron a nuestro amigo el gerente del banco del barrio. Ya se parecen a las oficinas de las compañías de celulares. Hay que pasar el primer filtro. Una cola para todo y después se verá. Otro tema para quejarse, los bancos, pero hoy ya renegué demasiado.
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