entró a la escena con violencia o al menos yo me sentí violentado, cuando entre la gente y las palabras, apareció ella con impronta telurica, Paso y me saludo fugazmente y siguió a saludar a otros y yo aun parecía estar con ella enfrente y aun estaba taciturno y olía su perfume que no me gustaba, que era dulce, que era meloso, que era caprichoso y no me gustaba pero aun así lo buscaba con apremio y sentía un perturbador miedo a perderlo.
Mis pensamientos naufragaron en una selva exuberante, una selva amazónica o una selva que no existe pero que yo creo que se parece al amazonas, es oscura, es salvaje y nutrida y cada paso esta marcado por el miedo a ser devorado por una fiera hambrienta, pero no es así, avanzo entre el follaje y adivino su silueta, adivino sus piernas, encuentro sus ojos que son como los de la fiera y que son como la selva y me vuelvo a perder en otra selva, pero esta no es oscura ni es espesa, mas bien es una selva carcomida, es una selva desdichada, es una selva sin fieras, sin miedo ni humedad sofocante.
Es mi selva o tal vez su selva o tal vez la selva a la que todos estamos condenados, porque el amazonas tal vez esta muriendo o tal vez solo es una invención nostálgica que los documentalistas imaginaban cuando niños. |