A Julio Rodríguez-Puértolas, Juan Ruiz (Arcipreste de Hita)-y Mario Moreno Reyes.


1) LA NECESIDAD DE SER A TRAVES DE TU ANTITESIS Y RIVAL

Los buenos necesitan que haya malos-que los siga habiendo siempre por mucha misión y palabra del Señor que Ud traiga pues sin los malos, ¿como coño vamos a saber que los buenos son, efectivamente, buenos?



Y como los malos-salvo los mas tontos de entre ellos-pasan, por lo general, de lo que sientan, digan y opinen los buenos, muchas veces solo existen los malos casi exclusivamente en la mente de los evangelistas (sobre todo), como figura-fantasma sobre un horizonte psicológico existencial maniqueo que solo parcial y malamente tapa nuestro verdadero problema:



La escatología perruna de Pluto, Mickey, Daisy y demás personajes del reino disney de USA, orginalmente-en su versión contmporanea protestante y no católica;



Pero ojo: esto no quiere decir que uno no pueda reírse con ellos y compartir momentos de verdadero cariño y aprecio, digamos, mutuo;



Sino que se trata no más que de minutos, porque empiezan enseguida ellos, los evangelistas, con esto de que uno no debe "vivir entre rameras" y lo liamos pues las rameras son para follar y no que te hagan también el desayuno, ¿o no?

Pero el humor de comentarios de este tipo no lo encuentran facilmente los evangelistas.

En rigor la cuestión de la definición de la propia identidad en base de la uña y carne de otros seres humanos-de su misma vitalidad al final como seres biológicos que vivan en una necesidad permante vital-a la manera de chivos espiratorios humanos-es tema verdaderamente fascinante desde el punto de vista piscológico-antropológico que saca a relucir, quizas, la mayor necesidad del hombre-intensa e inmisericorde-de imponer un significado moral a la vida;

Y esto incluso fuera de la logica religiosa, sino también respecto a los mecanismos judiciales seculares, o no-que bastante se parecen en esto a la misma sed de sangre del redentor-con un fuerte tufo y aroma punzante a barbacoa tejana, por ejemplo, según el código penal de dicho estado norteamericano y sus facultades judiciales para aplicar como castigo la destrucción física del reo.


2)AL AMANECER EN EL PARQUE CON TOMAS BUENAVENTURA, EVANGELISTA (DE 87 AÑOS, OJOS AZULES)

“Pues sí señor, el mundo es de Jesús Cristo; y cuando abra el banco que ve Vd ahí [señala con la mano] El “Citi Bank”, vamos a ir a que Vd haga una donanción y que se afilie Vd a nuestro proyecto del Señor Jesus Cristo…

-Sí, pero yo no tengo como para hacer una donación así;

-Es para que se registre Vd con el Señor;

-Le digo que no puedo hacer una donación así en un banco;

-Pero que me va hacer Vd una donación a mi, ¿no?

-Eso sí, por supuesto!

-Ah, bien. Bien [sonríe]"

[Pasó acto seguido a describir sus tiempos al servicio, años ha, de un tal General Martínez, construyendo carreteras-con el pico en la mano-hacia, es de suponer, grandes metas colectivas de desarrollo de entonces, siempre hacia adelante entre llanos y colinas verdes de maíz, caña y cafetales-o, ¿eso es Colombia? Documentarse respecto al Gral. Martínez en la historia de El Salvador.]


3) ¿CAFÉ, MI AMOR?
Siendo Vd hombre, esto no debe interpretarse en sentido alguno-en El Salvador-como avance ni ofrecimiento que no sea eso, simplemente-el pagar con dinero un vasito de café;

Con el tiempo se dará cuenta que le es lícito también a Vd utilizar el mismo término en el trato, digamos mercantil, con cualquier mujer que vende cualquier cosa:

“No, mi amor, gracias” es, como contestación por ejemplo, perfectamente apropiada.

Eso con respecto a las mujeres; en cuanto a los hombres no se dice "amor" por razones evidentes, sino "papá":

“¿Café, papá?

-No, gracias papá-ya tengo.”

La palabra "cabal", en El Salvador, se puede usar para confirmar o reconocer lo que otro piensa o afirme:

“Que fui hoy a ver el complejo donde mataron a Monseñor Romero-no a la crípta sino donde fue asesinado, por ahí por la continuación de Avenida de España hacia San José, creo;

-Cabal, papá; aunque ya ha visto la catedral donde está enterrado, ¿no?;

-¡Claro que sí, papá!”

[Confirmar esto último con Armando, el de la biografía de Oscar Romero.]


4) UNA COQUINA TRASERA
Una cosa que me pongo todas la mañanas antes de salir de casa-o del hotel.

Y esto hoy respecto a un artículo de opinión en la Prensa Gráfica de San Salvador, "Una movida en el Tablero del Poder", del 28 de septiembre del 2013.

Y se insinua-si no somos capaces al final de portarnos bien-la posibilidad, nunca descartable, de una "asonada" militar, como no, en el Salvador, o algo así;

Y llega a costar, sobremanera, el tomar en serio otros artículos de vistas culturales-y humanas-más elevadas, presentes también en las páginas de opinión de dicho medio impreso.

Vean, por ende, mi problema.

Y la "coquina trasera" es una cosa en realidad que pongo en la cabeza, claro está.

Y es que hay ciertas clases de "penetración" contra la que hay que acorazar todo orficio corporal-y el cuerpo es camino al alma, no le quepa Vd la menor duda;

Por eso, sobre todo, llegamos a despreciarlo tanto según toda cultura antropológica en un grado u otro;

Pero por otra parte, creí percibir en la sonrisa de Mickey, desde que era "zipote" yo-en el fondo de los negros ojos de plato que tiene-la proposición susurrada y sibilina de que nos deshagamos, simplemente, de todo lo que no sea propio, de hecho, del cuerpo mismo, siendo-ahora lo comprendo-el gran drama como trauma de la historia humana, ni más ni menos, esto es, la huida rauda del hombre respecto de, en realidad, su misma racionalidad como razon humana, regidora-porque es dolor y esfuerzo, solo tratable, finalmente-y según parece- con la irracionalidad como alivio-como dulce velo que es una forma de suave y funcional locura.

Y estoy en busca y captura por parte de la Disney Corporation desde entonces.

Pero prueben buscarme, si quieren, en en la Pupusería de Inés, La Unión, El Salvador-a ver si hay suerte!

(No insistan cuando echan por la tele los partidos del Real Madrid-salvo que sea contra el Barcelona; cuando juegan éstos, si que es mas probable que den conmigo.)

Un abrazo