Lima, 30 de septiembre 2013
Todavía estamos dentro del mes donde puedo dedicarte esa canción que te encanta de Tiziano Ferro, lo pienso muy rápido… Lo hago o no? Cálculo mentalmente cuánto tiempo me tomaría (del tiempo que no tengo) editarte un video y enviártelo por nuestra página favorita, pero no lo hago. Me perdonarías quizás el haberme olvidado de tu cumpleaños? Eso es lo que más temo, no quiero tus perdones ahora. Quiero que todo siga como siempre y me convenzo que entre amigos es muy común olvidarse los cumpleaños unos de otros.
Me gusta recordarte, pero no quiero que vuelvas. Si, lo admito a veces te googleo. No sé si existe esta palabra que define esta acción o la acabo de inventar, pero eso es lo que hago. Te busco, veo tu foto de hace seis años en la que apareces con esa camisa gris recibiendo un reconocimiento. Y te recuerdo, leo tu dedicatoria y me siento nerviosa. Me doy cuenta que sigo siendo tan poco enamoradiza pero que en los pocos asuntos circunstanciales; a los cuales otras personas denominan amor; fuiste un amor imposible.
Mierda! esto va mejorando pienso mientras escribo esto. Dale Eli, estas aceptando que es un imposible, pienso también en que se lo contaré a mi psicólogo y que él me felicitará por ver un avance en uno de mis problemas. Pero no lo es, porque veo tu foto y me retraigo en momentos, hoy sonrío pero admito que a veces lloro, otras me enojo. Pienso en nuestra amistad, en tus detalles y en mis desplantes. Recuerdo constantemente las oportunidades en estos ochos años que he tenido de verte y lo he postergado, y admito que tengo miedo de volver a hacerlo. Por eso actualmente sólo me permito sentir por ti amistad, aunque no niego el pasado.
Lo que sentí por ti, es algo que entendí varios años después de perder contacto contigo. Tu primer reemplazo fue un amigo en común y todavía te hablábamos por teléfono de tanto en tanto en esos momentos, recibía tus cartas con stickers de ciudades y me sentía dichosa, hasta que escribiste aquello y nunca más volví llamar… ni escribir. Confieso que me sentí feliz por ti, pero yo estaba destrozada. Mis ánimos decayeron, empecé la universidad y concluyó también tu primer reemplazo.
A los 20, conocí a alguien muy importante en mi vida y a quién aun recuerdo con cariño. Ya me había quedado claro cómo eran las cosas contigo, es por ello que a esas alturas ya no sufría demasiado. Me sorprendió increíblemente que se estaba cumpliendo la frase: “un clavo, saca al otro”. Mis ojos brillaban diariamente, tenía todo encaminado, el universo estaba de mi lado y así continuó por algunos años más. Recuerdo además que en ese lapso; apareciste; trataste de volver y sentí lástima por ti.
Es curioso, pero las personas más importantes que he conocido en mi vida, tienen un especial recuerdo sobre el primer momento en que los vi. Es como si una parte de mí intuyera todo y conservara cada momento para que luego yo pueda recordarlo. Te recuerdo por primera vez entrando a clases, con ese aire de indiferencia que al comienzo resultaba cómico, llevando esos fólderes inmensos que en ese momento me resultaban incomprensibles y que después descubrí que eran cuadernos de dibujos en el cual muchas veces me vi reflejada. Te recuerdo mirándome mientras exponía, pensando que no me estoy dando cuenta. Te recuerdo llegando corriendo a nuestra primera obra de teatro y diciéndome muy serio que tenemos que sentarnos juntos para discutir sobre nuestros personajes. Recuerdo tu primer regalo, recuerdo nuestra primera pelea, recuerdo ver tu asiento vacío y sentir una opresión fuerte en mi pecho, recuerdo el entierro de tu madre, recuerdo tus promesas, pero no recuerdo tu partida (no porque no haya estado allí) sino porque nunca lo entendí como tal.
En ese entonces comprendí que una persona no está donde está su cuerpo, sino donde habitan sus recuerdos. Es por esto, que tú has estado en los momentos más felices de mi vida, en los más tristes, en los más trágicos y también en los más extraños. Falta tan poco para verte querido amigo, Niuyol será la locación y no quiero imaginar el momento.


Atte. Keyeli