Son sus letras dulces y claras,
suaves gotas de rocío,
sus palabras la desnudan,
y fácil es imaginarla,
concebida por los sueños,
es musa de corazón abierto,
cualquiera perece a ese encanto
y a su sincera sonrisa.
La conocí por sus letras,
sentí su presencia etérea,
parecían aleteos
de alguna prístina avecilla.
Cuando está, se sabe de ella
por sus huellas armoniosas,
jazmines y girasoles
que perfuman el entorno,
la conozco por sus letras,
por sus abrazos trazados,
mas, es suficiente todo aquello,
sus rasgos ya se adivinan
por esas caricia y esos clarines
que alumbran nuestra existencia.
Algunos muestran sus rasgos
velados en prosa difusa,
otros los disimulan tras caretas absurdas,
pero ella es infinita
en su dulzura fraterna, la conozco,
la imagino, ella acá y en cualquier parte,
se define simplemente, tal y como,
uno piensa que si un hada
pudiera surcar nuestros sueños,
sería como esta mujer,
como este ensueño,
es Sofiama, gentil dama
nacida para halagarnos
y para hacernos felices
solamente con saberla…
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