DANIELA.
(A mi hija)
En todas las noches,cuando el frío hiela,
viene de pronto tu imagen a mi mente
y es tan duro hija saberte ausente,
por eso te grita mi corazón ¡Daniela!
Deseo darte mi calor y mi arrullo,
velar toda la noche,hasta verte dormir;
es tanta mi angustia que me siento morir,
mi dulce niña,mi adorado capullo.
Sentirte ausente,ése es mi gran dolor,
por eso mi llanto,mi lastimera queja;
y es por ello que el dolor no me deja
conciliar el sueño,al no darte mi calor.
Algún día,lo verás,cambiará la vida,
estaremos unidos tú y tus hermanos,
mamá y papá tomados de las manos,
y ya nunca jamás sangrará mi herida. |