Carta del 3 de mayo. Lima, Perú:
Llevo tres días en Lima y las cosas van bien, un poco mejor que en Tacna al menos.
Tengo miedo y estoy confundido. No estoy seguro que los sujetos que me perseguían en Tacna fuesen policías, al menos no policías Chilenos.
¿Acaso el asunto esta ya en manos de la policía internacional? - Si es así no fue buena idea venir a Lima, debería ir tal vez a una localidad mas apartada, con menos gente,con menos policías.
Bueno, tal vez solo estoy sufriendo los avatares de la paranoia, después de todo, pase muy bien los controles policiales del bus.
Creo ahora lo mas prudente relajarme un poco, tener una actitud natural, después de todo no soy el único Extranjero en Lima, ni menos el único Chileno. -¿Habra sido mejor ir a Buenos Aires?
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Definitivamente creo que no, no conozco Buenos Aires pero seguramente debe ser mas atribulada que Lima, es casi seguro que la señora que esta en la recepción es una mujer de mediana edad, tal vez una señora de edad un poco mayor o una joven un tanto atractiva. De todas formas debe ser una mujer. Lo cual en mi situación no es conveniente, prefiero en casos como estos donde uno quiere ser un fantasma o mejor aun una sombra. Ser entrevistado por un hombre, como el tipo que esta acá, un hombre moreno, fornido de baja estatura y ademanes tan fantasmales como mi deseo de presencia. La mujer de la recepción de Buenos Aires seguramente hubiese notado mi agitación nerviosa, mi voz demacrada o cualquier señal corporal, caso en el cual me hubiese ofrecido algo, agua, asiento o cualquier tipo de ayuda, las cuales en mi caso son siempre cosas totalmente inútiles. Ni el agua ni el te sabrán lo que siente, me darán un mejor plan de escape o le darán un respiro a mi recuerdos ahogados y embadurnados. En situaciones como la mía, no se necesita ayuda o al menos no la ayuda de las gentes de buena fe.
En esto, creo que es menester la soledad.