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Después de más de media hora auscultando, a la vieja usanza su tétrico pecho, se levantó de improvisto como una pantera sobresaltada y acorraló a su presa entre sus rígidos brazos, su salvaje mirada y el desnutrido colchón.
-¡ N-no tienes corazón ! - le gritó conmocionada, pero ala vez hipnotizada por el fuego helado de sus pupilas
-¿ Y qué esperabas ? - alegó en su defensa el aludido arrugando abruptamente el hocico – Si hasta le tengo que desgarrar las entrañas al reloj de la cocina para poder conciliar el sueño... ¿ y tú qué? - le preguntó mientras acomodaba delicadamente los largos y rojizos bucles de su flequillo por detras de su puntiaguda orejita - ¿ No escondes ningún temor ?
-S-si... - murmuró ella con las mejillas sonrojadas, bajó la cabeza avergonzada, y tiritando la estampó de nuevo contra su fría piel. Tras unos segundos de indecisión, hincó sus afiladas garras en los hombros de aquel ternero y confesó en un imperceptible suspiro- me dan miedo las luciérnagas de madrugada.
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Texto agregado el 25-09-2013, y leído por 233
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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27-09-2013 |
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Entonces sí tenía corazón!!... anlin |
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25-09-2013 |
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Solo hay un perdedor el pobre ternero y ella una zorra. ELISATAB |
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25-09-2013 |
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excelente trabajo, muy bien hecho, te dejo mis spuernobas. el_mesiaz |
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25-09-2013 |
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Hermoso! Me dejaste pensando...... silvimar- |
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