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Inicio / Cuenteros Locales / buey99 / LA BATALLA CON LOS EVANGELISTAS QUE SE AVECINA

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LA PARABOLA DEL HIJO PRODIGO (O HIJOS PRODIGOS)

El Cristiano dice:

Los dos hijos pródigos porque el envidioso fue bueno por interés; por eso se quedó y fue obediente; mientras que el extraviado no obro por interés, siendo como más íntegro-y se lanzó a la vida para finalmente volver-en eso esta la alegría del padre, como de una "resurrección" se tratara respecto a ambos, cada uno a su nivel y "extraviado" de forma distinto cada uno.



Moraleja: lo de no ser ¨fariseo¨, esto es hipócrita.



IMPORTANCIA COMO VULNERABILIDAD RESPECTO A LOS SEGUIDORES DE JESUS (ELIU):

No se dan cuenta de que la parábola es, a un nivel cripto, una contemplación de la relación del ser humano con Diós (o Jesus); que es profundamente ¨antropologico¨ por cuanto entronca con la psicologia del indviduo y su ambivalencia respecto a querer ser-con toda la autoridad personal (y la arrogancia) que eso implica, y la necesidad de subordinarse como refugio fisiológico-existencial a la autoridad protectora del ¨padre¨;



La historia es, en este sentido, una meditación en realidad sobre la tensión en que vive el individuo entre ambos extremos o polos; entre afirmarse como autoridad única el mismo-más allá de cualquier límite que el percibe trazado en su contra-y el espíritu contrario de acoplarse como afirmación propia renunciando a su propio ser, de alguna forma, bajo la protección del pertenecer a otro.



La relación del creyente que abraza a Cristo (Eliú) es tambien ¨fariseico¨ por cuanto que es, a igual que el pacto judío con Yahvé, una relación ¨contractual¨-el hacer algo con el fin de obtener, aunque los cristianos, a través de la histeria de Eliú lo simplifican y explicitan aun más aquello judió orginal de ¨amar¨ o ¨andar con¨ diós-que para los seguidores de Eliú se patentiza en algo aun más utilitario, simple y crudo:



En ¨haz esto y yo te doy¨; en ¨el propósito de amarme a mi (a Jesus) es que yo te dé la salvación respecto a aquello que tanto te espanta y mortifica¨-que tanto espantara y mortificara a Eliú, esto es, la destrucción orgánica del cuerpo humano, la tumba, y el ¨fruto amargo¨ que es la putrefaccion del cadaver.



Pero difícil es, en este sentido, concibir algo más utilitario y sí, ¨fariséico¨, que eso de decir, ¨tened fé en mi y yo os salvaré¨. De ahi la suma importancia de esta parábola para un ideólogo cristiano pues toca desde luego un nervio sensible aunque solo solo sea instintivamente.



LA PSICOLOGIA HUMANA ANTROPOLOGICA

No hay nada quizá más temible para el padre (o la mamá) que el pensar que el hijo se vaya a ¨perder¨, y está atrapado por el conocimiento de que al final, y por mucho que uno/a diga, solo es el -o ella-, esto es el ¨hijo pródigo¨ mismo quien puede abordar en el fondo esta experiencia vital, que es su propia libertad existencial-que solo el o ella es responsable al final de sí mismo.



Miedo-una profunda aprehensión-siente el padre por estar obligado, como por primera vez en la vida, a soltar a su retoño a que se enfrente el o ella misma por su cuenta con la vida.



Y poderosísima también es la alegría desbordante que se siente al ver al hijo de nuevo en el marco de la puerta de casa-no a que el hijo vuelva a subordinarse al padre sino que vuelve siendo lo que ya es y a valorar y reanudar todo el amor que siempre sintió en el fondo el mismo por el padre.



Pero de un plano economico-o incluso el plano abstracto ideológico-vital del cristiano-hay que profundizar y pasar a lo que es la psicología del individuo y quizá su instinto penoso e inmisericorde-ciertamente- de posesión, de sentir celos y la invidia.



En primer lugar, respecto a la reacción del hijo ¨obediente¨, se trata simplemente de la cuestión del individuo no circunspecto que, no teniendo la posibilidad de una óptica supervisora respecto a sus propias emociones e impulsos, no puede distanciarse de los eventos que como episodios emocionales involucren emociones parecidas respecto a otros seres humanos.



La circunspección implica distanciamiento que permite a uno ver el perspectivismo de que el mundo de lo humano esta hecho-la cirunspección respecto a uno mismo señala hacia la necesaria percepción autónoma de los demas-aun siendo hijos tuyos o la misma madre que te trajera al mundo.



Pero también la parábola gira en torno a la variación respecto al ánimo humano de obedecer y ser uno por su propa autoridad que es también el tema de la ambivalencia dentro del alma (psique) humano del individuo, que produce una natural tensión vital respecto a cualquier autoridad externa;



Asimismo es también una meditación-aunque nada completa-respecto a las diferencias entre los individuos que opten finalmente por diferentes cuaces emocional-vitales en la vida en un sentido u otro.



Y esto deviene una cuestión política-existencial de la mayor importancia respecto a la historia humana; es la base-claramente lo estas viendo-de una visión que se ha dicho siempre entre ¨conservador¨ y ¨liberal¨; entre una filosofía vital de ¨derechas¨ y otra ¨de izquierdas¨;



¿Qué podría tener mayor importancia, en un sentido histórico, que la comprensión de esta tensión, no ya individual sino también colectiva que ha marcado-definido, en realidad-los meandros del fluir temporal colectivo humano a través de la historia, desde que la historia humana, en su forma escrita, existe?



Es, ni más ni menos, la relación entre aquello que nos ate a lo conocido y seguro, y lo otro que tira en nostros hacia el horizonte-hacia un infinito a donde solo la férrea voluntad humana en su furia de realizase, nos puede llevar.



Pues bien, la cultura humana se ha conformado con un planteamiento perenne de, simplemente, la misma esencial interrogación a través de los siglos (milenios) y en todas las culturas; y generaciones de seres humanos se han alimentado de la consideración como manjar de la tensión literaria-filosófica-vital de esta parábola y sus avatares dentro de todas las culturas-dentro de todas ellas-pues es algo asi como la piedra angular de lo antropolólogico en sí.



Pero precisamente por su calidad de experiencia antropológica de una ¨vigorización vivencial¨ colectiva, no ha importado que nunca se diera en realidad una respuesta cabal y completa respecto a las dudas que trae a colación, puesto que la cultura antropológica no se basa-en su fundación-sobre la racionalidad sino en lo elíptico, y en lo no patente y totalmente comprendido.



Pues elíptico y no del todo comprendido en toda su precisión y verdadera dimensión es lo mítico en sí-aquel espacio hacia al cual dirigir el espíritu y afán más natos-definatorios-del hombre que son la filosofía y la misma interrogación humana aritístico-intelectual, siendo también fuente, al fnal suprema, del significado como posibilidad en sí misma.



El mismo espacio del ¨homo poeticus¨ sobre el que se prima la cultura antropológica como ilusión vivencial colectiva y vigorizadora-esto es, la proyección-extensión a un nivel colectivo de los impulsos psico-vitales encontrados que tormentan en su interior al individuo como motor en sí mismo fisológico y vital de su afán de ser como imposición de su voluntad-propia, desde luego-siendo así la tensión existencial, tanto individual como colectivamente, la verdadera patria de la humanidad entera.



¿Puede vivir el ser humano colectivamente sin espacio mítico alguno, luego de haberlo racionalizdo de una vez, definitivamente?



Dentro de la cultura antropológica desde luego que no.

SK

San Salvador, EL Salvador

Texto agregado el 25-09-2013, y leído por 167 visitantes. (0 votos)


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