Como mecanismos humanos asentados -y como nucleados por la capacidad colectiva real (natural o tecnica) de proporcionar alimento, el espacio vital en el que transcurre la vida de los individuos ha de estar inoculado contra la tendencia permanente del hombre de deshumanizar al otro, siendo su grado mas alto de espanto el profundo y oscuro pozo-en cuanto a lo social-el canibalismo.



Sin embargo, como el ser humano no puede, al final, sustituir lo que es el tejido mismo de su naturaleza fisiologica-psicologica, ha de tener espacios y cauces por donde efectivamente si puede realizarse segun su naturaleza mas profuda-esto es, el ser como afán vital de imposicion en cuanto afirmacion biologica e individual-pero sin que peligre el entramado antropologico social y cultural del que depende;



Y pasamos, con esto, a uno plano del sucedaño y de lo simulado, en el que, aun siendo real, todo es una forma de simulacro para que podamos seguir siendo nosotros-en cuanto a nuestra configuracion psicologica genetica-sin que nos aboquemos en seguida y de forma directa a la aniquilacion total, individual, y tambien (claro) colectiva.



La guerra, en este sentido, concebida como bajo una forma-paradojicamente-de control, como dirigida, orquestrada y siempre al final de caracter complice entre ambas partes aparentamente en conflicto, ha sido un mecanismo a lo largo de la historia de utilidad benigna culturalmente y a un nivel sistemico, a pesar de tratarse de la muerte, horror y sufrimeintos humanos.



Otro tanto puede decirse de la violencia dentro del seno de la sociedad, que-increiblemente, como se ve-se sigue tolerando, haciendo de ella un cuace ademas de naturaleza vicaria en cuanto contemplacion vivencial a traves de los medios informativos y tambien audiovisuales de ficcion, siendo la diferencia entre ambas (entre realidad y ficcion) una cosa de la que parece que hace decadas nos hemos deshecho;



Vicario y visceral en un plano social (que implica, por tanto, tambien y siempre, lo individual) esta el deporte profesional, en cualquiera de sus formatos o modalides como espectaculo dentro del que se vive lo mas elevado de la virilidad fisica como violencia suprema del hombre, inoculada, sin embargo, la estabilidad psicologica y social de cualquier consecuencia real.



Y desde siempre, la musica ha dado vuelo al hombre como horizonte vital que de repente se abre ante el, sobre todo porque conduce-tipicamente-a una suerte de liberacion, de alguna forma, de los limites que impone el ser fisico a traves del baile y los movimintos ritimicos corporales-o al menos una ilusion bastante potente con ese efecto;



Y por ultimo (aunque hay muchos mas ejemplos y aspectos de lo mismo, ciertamente) sirve el dinero mismo como instrumento de valor compartido y conceptual que crea un marco claramente propicio para que ejerza el hombre su mas intenso e inmiericorde afan como voluntad de imposicion como el mismo ser y estar, sin que sea-a igual que en los demas puntos-necesario siempre y necesariamente que mueran los seres humanos-aunque tambien cabe esa posibilidad dentro del universo humano como horizonte vital que queda-excluyendo los efectos de una acceleracion tecnologica desbocada-al mismo tiempo en un estado basico y simultaneo de contencion e imovilizacion-efecto por partida doble de la cultura antropologica en si.



De tal manera, una patente planicidad corporal existencial se dota en su evoluc ion-empezando con la agricultura-de un peso moral como punto y foco regidor comun-como anclaje moral al final de la misma posibilidad de humanidad-tanto en un plano esptiritual como a un nivel puramante corporal;



Que en rigor, el uno no puede existir sin el otro pues el alimentarse uno de su propia especie no caza muy bien que digamos con un concepto de futuro, en verdad, nada claro-muy parecido con lo que ocurre, ahora mismo, por ejemplo, y en el plano economico respecto a las inversiones financieras de todo tipo.



Pero ese es otro cantar-o tal vez no, en realidad.



(San Salvador, El Salvador)