Estábamos los dos
en aquella playa de arenas rubias
y tu corrías a las olas rebeldes
para yo salir atrás tuyo
loco por sostenerte para que las olas no te lleven
aunque tu seas mas fuerte que yo...
y yo estaba feliz por estar junto a ti
mientras la arena seguía llenando nuestros bolsillos

Pronto estábamos dentro de la ciudad
y nuestra decisión fue solo caminar
y atravesamos una ciudad
para luego llegar a otra
y caminar por pasarelas, por cerros
para llegar a paisajes hermosos
donde aquella belleza nos motivara
para aumentar nuestro amor
como si fuera aquello un descubrimiento
de nuestro fulgor interno
que quemaba a cada momento
a cada instante.

Y cada cerro subido
era un momento mas de amor intenso
de cansancio intenso
de pasión y de palabras de colores
que aunque no me acuerde mucho
recuerdo todos esos sabores
de querer regalarte joyas
de querer entregarte emociones
de aquel intensa emoción
que me hizo morir aquella tarde.

Y aunque sea hace mucho
esa tarde queda marcada con fuego en mi piel
para que me recuerde
que fuiste mi primero amor
aquel que me quemó
aquel que ardió mas que nada
a la orilla del mar en las alturas
y que si fuera por mi
me encantaría revivir el resto de mis dias.