Me hundí en su ser, en su pecho, como un puñal certero de un asesino lleno de lujuria y pasión.
Me metí sigilosa, impregnándome en sus entrañas, como niebla entre las más altas montañas.
Lo hice tan mio, que me convertí en él.
Texto agregado el 20-09-2013, y leído por 116
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
21-09-2013
intenso, una suma de dos que se hace sencillamente uno.. Noc