El viento golpea mi cara al ritmo del tráfico de Barcelona, justo delante una furgoneta.
Mientras pienso en como irá la comida con mis viejos compañeros de la facultad, cae sobre mi una nube de virutas de madera que nace de las ventanillas.
Pienso en los buenos momentos que pase con esa gente. Sueño con volver a sentir esa realización nuevamente y lo veo posible porque sigo en constante devenir.
Que insignificantes somos pero que vidas más importantes. Que bello es vivir mientras gozas de una buena copa de vino blanco con la mejor compañía.
Recuerdas ese beso de hoy al salir de la ducha.
Todo tiene una razón de ser y que razón tiene..
Texto agregado el 19-09-2013, y leído por 74
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Lectores Opinan
14-07-2015
Recuerdo de buenos momentos, también es un buen momento leer este texto. rigoberto
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