LOS TIGRES.
(Sucedió en Juxtlahuaca.)
Era la tarde gris del 14 de mayo de 1920, los trenes estaban descarrilados de sus vías en Aljibes Puebla, los pasajeros habían abandonado los vagones, las tropas se habían separado en dos grupos uno reducido trataba de contener el ataque de la caballería, el segundo daba la seguridad al señor presidente don Venustiano Carranza en su retirada, con rumbo a la sierra norte de Puebla a caballo, los residuos de pólvora, polvo y niebla eran testigos de la ultima refriega de los contendientes, el tren dorado exclusivo del presidente quedaba solo, abandonado por sus ocupantes que lo único que les importaba era salvar la vida, por la noche vino el saqueo de los tesoros de la nación, de los sesenta millones de pesos en oro, que llevaba el tren en sus arcas, solo aparecieron treinta, el Tigre grande y el Tigre chico, eran dos soldados de la revolución, eran unos chamacos que se habían aventurado a la bola y que les había tocado la defensa de la retirada del presidente y sus mas allegados, a eso de las dos de la mañana, se aprestaron a tomar dos mulas de carga, y les subieron dos costales con monedas de oro del tesoro, el plan era una carga para cada quien, y con fúsil en mano, caminaron amparados por la sombras de la noche, tomaron el rumbo de Tehuacán, pasando por el rancho de Chazumba, llegaron esa madrugada hasta la ciudad de Huajuapan, donde dieron de comer a las bestias y descansaron, al mismo tiempo que decidían para donde huir con su rico cargamento, ellos querían un lugar seguro para establecerse, por la noche reanudaron su movimiento, tomando el camino real a Pinotepa, para salir a la costa del Pacifico, pues la intención era llegar a Acapulco, al llegar a Valle del Conejo, una bestia se les enfermo teniendo que buscar una sustituta, pero para no despertar sospechas de su codiciada carga decidieron permanecer en el pueblo como si fueran comerciantes de chile y maíz, pasaron dos semanas y se preguntaron si debían de continuar su viaje o establecerse en le valle de conejo, así fue como se decidieron por este ultimo, pues se dieron cuanta que este punto era el paso natural de los arrieros de ganado y comerciantes que recorrían el camino real a Puebla, hasta la capital del país, el Tigre grande y el Tigre chico, decidieron establecerse en el Valle del Conejo, dedicándose uno al comercio y el otro a la agricultura, con su riqueza producto de la revolución.
Rey Cimba. ©
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