LA LEYENDA.


(Sucedió en Juxtlahuaca.)



El grito fue ensordecedor, Haaay mis hijos…!!! Se escucho, eran las doce empunto de la noche, las paredes de adobes de la vieja casona junto con los tejamaniles del techo, rechinaron por unos segundos, un intervalo de un minuto de silencio permaneció en el ambiente, Haaay mis hijos…!!! Más ensordecedor que el primer lamento, otro minuto de silencio sepulcral, Haaay mis hijos…!!! El tercer lamento, y después del silencio, mil ladridos de los perros, se escucharon de por todos lados del pueblo, eran tal que solo una jauría en brama los igualaba, la noche era oscura, la luna estaba eclipsada, Juxtlahuaca estaba bajo la influencia de la llorona, los arboles quietos, sus hojas no se movían, el viento en la quietud de su reposo, sin ruido, sin murmullos, la calle Juárez con su viejo empedrado, que subía hasta el camposanto, estaba cubierta de niebla, solo por las luciérnagas alumbrada, la gente encerrada en sus casas, sin pronunciar palabras de esa noche negra y larga, la mas larga para los pobladores de Juxtlahuaca, la vieja leyenda de la mujer mestiza que en la ciudad de México, asesino a sus tres hijos en el rio, se hacia presente en la villa apacible de Juxtlahuaca, los lamentos se escucharon sin piedad, así amaneció… Y el temor en las personas era tal que nadie se atrevía a comentar algo, así pasaron los años, quince, tal vez veinte años, fallecieron muchas personas y paso la historia de Juxtlahuca sin contratiempo, una tarde en el patio aquel, de la vieja casona, pregunte a mi padre, ¿ padre una noche de hace muchos años ? a la media noche, en la sala principal, era yo un niño cuando escuche los lamentos de la llorona, el me contesto hijo mio, esa noche también yo los escuche…


Rey Cimba. ©