FURIA BAJO EL CIELO.
(Sucedió en Juxtlahuaca).
El cielo ciego, gris, negro, los rayos cruzaban rompiendo el silencio, el pelotón cargaba sus fusiles, bajo el chirimoyo el reo temblaba, no sé si por lo frio de la tarde o sintiendo la cercanía de la muerte, el fuego de los cañones escupió la muerte y un grito de dolor se escucho en el eco rompiendo la paz del silencio, el comandante… se carcajeó del fusilado, con su rostro desalmado y sínico, ordenando a sus hombres empetatar al cuerpo trasladándolo hasta el panteón municipal, detrás de la capilla del profesor José López. Hombre Ilustre de Juxtlahuaca, se encuentra la “Plancha” lugar siniestro y macabro donde permanecían los cuerpos de los fusilados, ahí el cuerpo permaneció tres días con sus noches, esperando que le hicieran la necropsia de ley y dar fe legalmente de su muerte, nadie se acercaba por el camposanto, solo las mujeres rezaban por el descanso del difunto, al tercer día, por fin la autoridad acudió al panteón y se procedió a llevar a cabo la necropsia, el médico forense se daba lujo serrucho en mano de hacer del cristiano lo que le diese la gana, así se consumía un acto de salvajismo y falta de respeto al difunto, en un pueblo lleno de tradiciones y respeto, así como pacifista y amante de la ley, así se rompía y se hería el más elemental, principio de bienestar de sus moradores, el comandante… fue nombrado por las autoridades del estado, y siempre se caracterizo por cometer actos salvajes y de muy bajos instintos, era un ser malvado, así el cuerpo del fusilado permaneció en la “plancha” hasta que las buenas mujeres acudieron a darle cristiana sepultura, la “ plancha” existe hasta nuestros días, y es testigo mudo de muchas atrocidades que se cometieron el Juxtlahuaca bárbaro, actos que jamás se deben repetir…
Rey Cimba. ©
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