Siento crecer en mi -como la piedra al musgo- oscuras apelaciones, rojos atavismos, viejos estigmas, dulces y sangrientos, mientras la tarde declina -y cobre , el sol hundiendo se va- la boca de los silencios articula un parto de sombras, algo o alguien tendrá que nacer -desesperando espero- para morir el sinsentido de mis horas y el pertinaz asedio de tus formas...
Texto agregado el 17-09-2013, y leído por 82 visitantes. (3 votos)