Simplemente él partió, sin conocer mucho de nada y con más miedo que ganas, aun así tenía que realizar este viaje, el primer día camino, llego tan lejos como el dolor en sus pies lo permitió, ese día, fue el más duro, el miedo nunca dejo de estar a su lado y eso hace que cualquier viaje se vuelva más complicado de lo que es, durmió lo suficiente como para caminar otro día, ya que su incomodo compañero de viaje así lo quiso, se encontraba pasando el estrecho de Magallanes mirando el apacible, caluroso y frio medio día, recordó todo lo que había dejado atrás y no sintió ninguna pena, más que la pena de no haber empezado a caminar antes y haber observado este cuadro mucho antes, lo disfruto tanto como su compañero lo permitió, en fin este cuento es una mierda y todos deberían hacer otra cosa.